El cártel de Sinaloa, actualmente en disputa con el de Jalisco nueva generación, sigue siendo uno de los grupos criminales más ricos y poderosos de México. Su fortuna se alimenta de sus añejas conexiones globales que le sirven para importar fentanilo y precursores químicos de metanfetamina de China, a la vez que gestiona un suministro de cocaína de América del Sur, de heroína y otros bienes a los mercados de Estados Unidos y Europa, entre otros lugares, señaló Evan Ellis, profesor investigador de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
En una publicación difundida por el Centro de Estudios Estratégicos del Ejército de Perú, titulada “México: una crisis que se agudiza y un desafío estratégico para Estados Unidos”, señala que “si bien la extradición del antiguo jefe de Sinaloa, El Chapo Guzmán, a Estados Unidos en enero de 2017 podría decirse que ha impedido su expansión, el cártel ha conservado gran parte de su territorio, recursos y coherencia organizativa como una federación dentro del fragmentado panorama criminal de México”.
Ellis sostiene que “Estados Unidos se ve profundamente afectado por lo que sucede en México. Más de 93 mil residentes estadunidenses murieron el año pasado por sobredosis de drogas. Un número considerable de estas muertes fueron consecuencia del fentanilo importado de la República Popular de China y despachado o mezclado con otras sustancias por los cárteles mexicanos”.
El investigador menciona que “Estados Unidos comparte un grado de responsabilidad por la difícil situación actual de México. Los problemas estadunidenses no resueltos continúan perjudicando a México, incluida la significativa y persistente demanda de drogas y el reingreso del dinero proveniente de la venta de drogas” en ese país, “lo que profundiza la corrupción de las instituciones mexicanas”.
Asimismo, refiere que “las armas de fuego compradas legalmente en Estados Unidos y contrabandeadas a México por actores criminales contribuyen a la muerte de mexicanos. Asimismo, el flujo de inmigrantes a través del territorio mexicano con destino a Estados Unidos alimenta innumerables actividades delictivas, incluido el transporte ilícito de esos inmigrantes, a quienes roban, extorsionan y explotan”.
Respecto del cártel Jalisco nueva generación, expone que en los últimos años “ha incrementado sus ingresos a través de operaciones globales de narcóticos, utilizando esos fondos para construir una gigantesca organización con capacidad cuasi militar, expandiendo su dominio en el territorio mexicano a través de guerras de poder”.