Xalapa, Ver., Pequeños comerciantes y pescadores de Tecolutla y Nautla perdieron sus locales y sufrieron daños en sus viviendas por el paso de Grace, que alcanzó categoría 3, minutos antes de impactar en tierra cerca de la medianoche del viernes.
“Nos fue mal, se nos fue el plan de trabajo, teníamos un restaurante de pollos asados y se acabó. Vamos a tener que reconstruirlo”, dijo Laura Alicia Jacinto Martínez, al observar los escombros en que se convirtió su local en Tecolutla.
La mujer cuenta que cuando vio las alertas de Protección Civil ante la inminente llegada del meteoro se dio a la tarea de cerrar el negocio y amarrar las láminas que formaban el techo para evitar que salieran volando. “No sirvió de nada, todo se lo llevó el huracán”, afirma Laura Alicia, quien recuerda que las primeras ráfagas comenzaron a sentirse a las 23 horas.
En un recorrido por la zona norte de la entidad es posible ver a familias con un panorama desolador, más difícil al que ya padecían a causa del Covid-19. “Ya teníamos la pandemia encima, apenas una o dos mesitas, y con esto… no sabemos qué vamos a hacer. Este era un local humilde, de madera, pero nos ayudaba a mantener la familia”.
Esteban Domínguez es dueño de una palapa en Monte Gordo, municipio de Tecolutla. Este sábado, tras el paso de Grace, se levantó a primera hora para revisar los daños a su pequeño local.
“Primero pandemia, ahora el huracán”
“El agua comenzó desde las 21 horas, pero lo más fuerte vino a las 23”, recuerda Esteban, mientras revisa cómo la marejada convirtió en ruinas los baños y las regaderas de su pequeña palapa. “Estábamos tratando de recuperarnos del Covid-19 y ahorita con este golpe de Grace se va a complicar todavía más. Ojalá nos recuperemos pronto, pero va a ser difícil”, dice el padre de un joven de 16 años de edad a quien sacar adelante.
“Estamos de pie, vamos a seguir luchando. Este es un esfuerzo de muchos años y sabemos que al estar a orilla de playa esto es algo que sucede, pero del otro lado de la carretera tengo mi casa, y también me dejó sin techo, sin muebles”, dice a propósito del comportamiento caprichoso de las aguas.
Domínguez dijo que ninguna autoridad se ha acercado a censar o darle información de algún apoyo económico para paliar los efectos de Grace. Aún no hay cálculos oficiales de daños.
A Lucio Marín Miranda, pescador de la localidad Casitas en Tecolutla, el huracán le arrancó el techo de su casa, donde vive con tres personas más. “Como a las 21 horas dijeron que lo más fuerte apenas venía, mi familia y yo nos fuimos a la casa de un vecino. Antes de irme amarré varias láminas, pero el aire era muy intenso y reventó las cuerdas”.
Domingo Hernández, palapero en Nautla, pasó la noche en vela después de que Grace dobló las láminas que formaban el techo de su casa, “Mi esposa, mi hija y yo nos acurrucamos en la esquina de un cuarto, donde la lámina aguantó”, relató.