El mundo corre el riesgo de enfrentar a una crisis alimentaria permanente y una inestabilidad global a menos que los gobiernos de muchos países pongan en marcha políticas efectivas para combatir el cambio climático, alertaron especialistas.
Antes de abordar la necesidad de duplicar la producción agrícola mundial, de cara a responder las demandas de la creciente población, se debe solucionar, a escala planetaria, que entre 30 y 40 por ciento de la comida en el mundo se tira, sentenció Alejandra Cámara, directora general de Génesis, empresa argentina que desarrolló 250 proyectos ambientales y consultora de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Al preguntarle si el cambio climático orilla más rápido a una crisis alimentaria, la ejecutiva de Génesis dijo que hay que ser mucho más eficientes a la hora de la producción en toda la cadena de valor de los alimentos.
“Obviamente, si no nos ponemos astutos a la hora de combatir el cambio climático y fortalecemos la adaptación, vamos a bajar nuestros rendimientos en producción, ya no se tendrá la posibilidad de convertir más tierras al cultivo o empujar al ganado, eso se acabaría. Pero para que no suceda tenemos que ser más eficientes y más tecnológicos. Por lo pronto, hay espacio antes de hablar de que va a faltar el alimento”, explicó Cámara.
Sin embargo, de acuerdo con el último reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), sólo reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzando la neutralidad de carbono de todo el planeta en el 2050 se podrán evitar los impactos más severos.
Hasta el momento, de acuerdo con el IPCC, dentro de los productos más vulnerables al cambio climático están café, cacao, maíz y plátano.
Historias que se repiten
Hace poco más de una década (2010) se empezaron a dirigir los reflectores hacia la “inclemencia” del cambio climático que hizo declinar la producción de granos en países como China, Rusia y Francia, lo que puso en escena la amenaza sobre el suministro global de alimentos, el aumento de los precios y el impacto a los más pobres.
Las inundaciones en China y la sequía en Rusia amenazaron el suministro global de los alimentos y se dispararon los precios.
De acuerdo con DerFin, Gestión Integral en Derivados y Consultoría Financiera, los mercados de granos a escala mundial han registrado importantes movimientos por diversos factores, pero el cambio climático está también detrás de la afectación de la producción.
El cereal que más ha subido en los mercados financieros internacionales es el maíz, con un alza cercana a 69 por ciento en los pasados 12 meses; mientras la avena subió 90 por ciento. El café, el trigo, la soya, el azúcar y la carne de cerdo se dispararon 57, 54, 51, 52 y 65 por ciento, respectivamente, según datos del área de análisis de Banco Base.
En medio de la pandemia del coronavirus, el mundo también enfrenta sequías, inundaciones o heladas sin precedente que afectan la producción agrícola, aunque ha sido de las más pujantes en medio de la crisis sanitaria.
El mayor aumento del precio de los alimentos ha afectado al consumidor, pero nada comparable con la situación de los cientos de millones de pobres que destinan 70 por ciento de su renta a comida. Y el aumento de los precios internacionales se ha traspasado a los productos finales.
“El mundo llegará a un calentamiento de 1.5 grados en las próximas dos décadas. Va a cambiar definitivamente la forma en la que vivimos, habitamos, comemos, nos transportamos y morimos”, alertó Nallely Barajas, subdirectora de Sustentabilidad de Grupo Bolsa Mexicana de Valores (BMV).