Los medicamentos biocomparables –aquellos formados por proteínas, con una estructura molecular grande y compleja– son una muy buena opción para el tratamiento de diversas variedades de cáncer, además de que pueden significar ahorros importantes para los sistemas públicos de salud.
Así lo afirmaron especialistas en el tema, quienes advirtieron que antes de adquirir dichos insumos es fundamental que las autoridades se aseguren de que las medicinas tienen todas las pruebas clínicas y requisitos necesarios, y así evitar las falsificaciones y copias que circulan en el mercado.
Durante un taller virtual convocado por el laboratorio Amgen México, Gilberto Castañeda, integrante del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, explicó que, a diferencia de los medicamentos “convencionales”, que tienen un nivel de complejidad más básico, los llamados biocomparables están hechos con células vivas y tienen un rango muy amplio de usos.
Entre ellos, dijo, está el tratamiento de artritis reumatoide, soriasis, colesterol alto y hasta osteoporosis, pero uno de los más importantes es contra enfermedades cancerosas de diversos tipos, como el de mama y colorrectal.
Uno de los efectos de dichas medicinas, indicó, es privar a los tumores de los nutrientes y el oxígeno que necesitan, lo cual provoca que dejen de crecer y “mueran de hambre”, o que alcancen un tamaño suficiente para que puedan ser extirpados mediante cirugía, lo cual aumenta de forma considerable la esperanza de vida de los pacientes, aun en casos graves.
Sin embargo, el especialista alertó que antes de que los gobiernos los adquieran –sobre todo mediante compras consolidadas–, es “vital” cerciorarse de que son biocomparables debidamente probados, con estudios clínicos transparentes y un programa robusto de farmacovigilancia.
Lo anterior, dijo, porque en el mercado circulan intentos de copia que se ostentan como biosimilares, pero que no cumplen con todas las normas que requieren estos insumos.
La doctora Érika Ruiz, oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología, coincidió en resaltar la utilidad de los biocomparables en variadades de cáncer como el colorrectal, pero es fundamental saber quién lo está produciendo, para tener certeza sobre su eficiencia.