Puerto Príncipe. El primer ministro de Haití, Ariel Henry, reconoció ayer que más de 700 mil personas precisan asistencia humanitaria urgente, tras el sismo de magnitud 7.2 que costó la vida de casi 2 mil 200 habitantes.
Haitianos hambrientos y sin hogar se aglomeraron ayer alrededor de camiones de asistencia y algunos robaron artículos, en medio de apuros de las autoridades para coordinar la entrega de ayuda e impedir que se repita la caótica respuesta a una tragedia similar hace 11 años.
Los asaltos a los envíos de asistencia ponen de manifiesto la creciente frustración de quienes perdieron su hogar después del movimiento telúrico del 14 de agosto, que también dejó más de 12 mil heridos y causó destrucción o daños a más de 100 mil viviendas.
“Más de 136 mil 800 familias se ven afectadas y cerca de 700 mil personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria”, indicó Henry durante el encuentro del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos.
Los mayores daños se registraron en las ciudades de Jeremie y Les Cayes, y a esas zonas se destina el grueso de las ayudas humanitarias proporcionadas por el gobierno, organizaciones internacionales y naciones solidarias. Sin embargo, en las regiones más alejadas, las autoridades locales denuncian la falta de asistencia a los ciudadanos, que carecen de agua, alimentos y refugios apropiados.
El terremoto agravó la crisis que vive el país en las décadas recientes, con más de 60 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza y casi 70 por ciento sin acceso a empleos formales.