Ciudad de México. La historia de bronce arrasó la figura de Miguel Hidalgo y Costilla, según el escritor Paco Ignacio Taibo II: “Lo destruyó, lo volvió un símbolo sin contenido, una estatua; le puso un estandarte que nunca existió, el de la Virgen de Guadalupe, que no era así; le quitó el caballo, el pistolón y la discusión sobre entrar o no a la Ciudad de México, que es una de las más apasionantes discusiones: ¿por qué no baja después del Monte de las Cruces?”
El director del Fondo de Cultura (FCE) dedicó la emisión más reciente del programa Desde el Fondo, la 128 –transmitida la noche del miércoles por Facebook y YouTube–, a abrir el debate sobre aquel personaje histórico a partir de lo que denominó el inicio de “una campaña antiHidalgo” ante la proximidad de la celebración de la Independencia.
“Se acerca el 16 de septiembre y comienzan a sonar los tambores de la derecha en un intento por vapulear la figura de Hidalgo”, afirmó. “El pensamiento conservador quiere dejar en claro la tesis que ha sostenido durante tantísimos años de que, si bien El Grito en Dolores inaugura el proceso de Independencia, fue Iturbide quien la consolidó e hizo propia”.
Comentó que en fechas recientes han aparecido en los periódicos menciones al respecto a raíz de “una novela bastante desafortunada” sobre aquel cura, lo cual, dijo, hace obligatorio abrir el debate.
De acuerdo con el historiador Juan Carlos Ruiz, uno de los dos invitados de esa noche (el otro fue el escritor Guillermo Arriaga), es absurdo” que el actual conservadurismo quiera restar méritos a Hidalgo.
Sostuvo que es un personaje que “debe ser entendido en toda su dimensión humana, y lo que hago es leerla desde la Nueva España, no desde el México nacionalista ni de las interpretaciones que se han hecho de él; aún así el balance es sensacional”.
Consideró entendibles los intentos de la derecha contemporánea por denostar lo hecho por ese prócer y toda esa tensión existente en lo que denominó “la disputa por el sentido del pasado”: “Esa disputa se ha reactivado con gran furia en años recientes, pero viene desde el siglo XIX; es una división originaria de esta nación mexicana, nacida en el siglo XIX, que se desarrolla entre conservadores y liberales.
“Prácticamente, se va a definir hasta la segunda mitad del siglo XIX en favor de la figura de Hidalgo y en contra de todos los otros héroes que reivindicaba el bloque conservador. Esto, en términos de comprensión de los procesos históricos, ha generado un gran problema para los historiadores, porque, si bien reconozco que Hidalgo prendió la mecha e hizo cosas espectaculares para lanzar a la población hacia la lucha por la libertad, acaba derrotado y fusilado, y su movimiento, prácticamente aplastado por las fuerzas realistas”.
Visionario
Ese hecho, sin embargo, significó sólo una derrota militar, no una derrota en el propósito fundamental que el cura se trazó, porque, en palabras del historiador, tuvo la gran visión de dejar relevos para seguir la lucha.
“La causa ya no se detuvo, debido a que el golpe que dio Hidalgo a la monarquía hispánica en la América septentrional fue de muerte, pero fue una muerte lenta, se fue cocinando en función de muchos elementos y un contexto internacional muy complicado, y tuvo etapas muy cruentas.”
Entre los aspectos aclarados por Juan Carlos Ruiz, destaca que se ha asegurado que ese héroe estaba alineado a la ilustración francesa, lo cual, aseveró, no es compatible con muchas de las cosas que realizó en su vida.
“Principalmente, ser cura y, sobre todo, mantener la obediencia a la santa madre Iglesia, porque, finalmente, era eclesiástico, independientemente de que en su vida privada fuera como muchísimos otros curas de alto nivel de aquella época: mujeriego, con sus deseos carnales muy a tope, sus gustos, sus descuidos”, detalló.
“La historia de bronce nos enseña que bebió de la ilustración francesa las ideas de libertad e igualdad; no hay una sola prueba que nos indique que realmente así fue”, apuntó, y aseguró que tales conceptos provenían más de otras fuentes, entre ella las ilustración católica española y de sus estudios teológicos, donde incluso reivindicaba mucho a los jesuitas.
El historiador destacó que Miguel Hidalgo fue el primero en plantear una identidad americana, al buscar la autonomía y la libertad de estas tierras a las cuales, curiosamente, no llamó Nueva España, sino América.