El regreso a las actividades presenciales de toda la comunidad estudiantil debe ir acompañado de un plan de acción y una estrategia integral que garanticen su salud y que abone a la impartición de una educación de mayor calidad, señaló la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). En un pronunciamiento, exhortó a las autoridades educativas a fortalecer la protección de esta colectividad para un retorno a clases seguro.
Refrendó su preocupación respecto a los impactos negativos en el ejercicio de los derechos de niños y adolescentes, y en su bienestar físico y emocional, como consecuencia de las medidas de emergencia sanitaria por Covid-19, e instó a que se tome en cuenta lo emitido por el Comité de los Derechos del Niño para atenuar sus efectos; adoptando acciones de prevención, contención, atención y regreso seguro a las actividades.
Expuso que el plan de acción y la estrategia nacional integral en la materia deberán contemplar, como mínimo, la capacitación del personal docente y administrativo en el protocolo sanitario a seguir; vacunación de los trabajadores; respetar la sana distancia; ventilación de espacios cerrados; privilegiar los lugares al aire libre para las actividades escolares; controles de temperatura; tener grupos reducidos y escalonados; prever un área específica para separar a quienes presenten algún síntoma; abasto de agua; desinfección y limpieza frecuente de los salones y uso de cubrebocas, entre otras.
La CNDH refirió que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Covid-19 propició que 1.5 millones de menores de entre tres y 18 años no se reinscribieran en el ciclo escolar 2020-2021.