El presidente Andrés Manuel López Obrador dio su visto bueno a la estrategia del Banco de México (BdeM) para controlar la inflación, porque si no se atiende este indicador, advirtió, quedarán sin efecto otras alternativas en favor del poder adquisitivo del salario.
En cuanto al destino de los 12 mil 200 millones de dólares, derechos especiales asignados a México por el Fondo Monetario Internacional, discrepó de la supuesta oposición del subgobernador del BdeM, Gerardo Esquivel, su ex asesor económico, a quien ayer llamó “ultratecnócrata”.
El miércoles de la semana pasada, el Presidente manifestó que el monto que entregará el FMI a México el 23 de agosto, unos 12 mil 200 millones de dólares, se podría abonar a la deuda externa porque añadirlos a las reservas del BdeM dejaría una ganancia mínima. Ese mismo día, el subgobernador Esquivel escribió en su Twitter personal que “los derechos especiales de giro (DEG) no son una moneda, son un activo de reserva internacional. En México, por mandato de ley, los activos de reserva internacional no se pueden usar para pagar deuda”.
Ayer, cuando se le recordó al mandatario la discrepancia de economistas al pretendido uso de los DEG, respondió que esos profesionales están formados en escuelas donde les enseñan a proteger a grupos de intereses, no al pueblo. Señaló que los que trabajan en el BdeM no deben olvidar que son servidores públicos, no empleados de los financieros, y lo que se atesora en el banco central es dinero del pueblo, de la nación.
Recalcó que durante su gobierno las reservas han crecido 20 mil millones de dólares, por lo cual insistió en su propuesta de enviar los 12 mil millones de dólares al pago de la deuda, para “ahorrarnos intereses”.
Enseguida criticó a su ex asesor Esquivel, a quien el propio López Obrador propuso como subgobernador del Banco de México: “Estaba viendo a Gerardo Esquivel, que ya se volvió ultratecnócrata, diciendo: ‘no se puede lo que plantea el Presidente’. No se puede porque no se quiere, porque, con todo respeto, son muy cuadrados”. Luego insistió en que se hará el planteamiento formal al BdeM “para que se beneficie la hacienda pública, al pueblo”.
El Presidente explicó los efectos negativos de una inflación alta, que anula los beneficios del aumento al salario mínimo impulsados durante su administración. “Ese es mi punto de vista y respeto la decisión que ellos están tomando”, comentó acerca de la fijación de la tasa de interés para propiciar un mayor control inflacionario, provocado –aseguró– por factores externos, como el avance de ese indicador en Estados Unidos. A nivel doméstico, añadió, por eso se colocó el precio máximo del gas licuado de petróleo, al tiempo de no aumentar el costo de la gasolina, el diésel y la luz.
Sin confrontación
Por la tarde, el subgobernador Esquivel publicó en su cuenta de Twitter: “En democracia, el disenso no siempre es confrontación. La deliberación pública siempre será bienvenida”.