Ciudad de México. Es una estrella de cine internacional, pero Diego Luna optó por el formato de serie para presentar una historia de amor actual rodada en tiempos de Covid-19.
“Todo va a estar bien”, protagonizada por Lucía Uribe y Flavio Medina como una pareja en pleno proceso de divorcio, debuta el viernes en Netflix. Es la primera serie dirigida por Luna, quien ya había estado al frente de varias producciones, incluyendo tres películas dramáticas, varios cortometrajes y un documental.
“Habla sobre la necesidad de cambiar, de replantearnos las estructuras que nos rigen”, dijo Luna en una entrevista por videollamada desde Londres. "Tiene que ver con lo que esperamos de una relación amorosa, de la familia, de lo que estamos dispuestos o dispuestas a replantearnos en términos de nuestras relaciones”.
La serie de ocho capítulos fue creada, coescrita y coproducida por el actor mexicano, cuyos créditos frente a las cámaras incluyen Y tu mamá también, Milk y Rogue One: A Star Wars Story y series como Narcos: México y la anticipada Andor, en la que repite su papel de Cassian Andor en el universo de Star Wars.
“Agradezco el formato que dan las series, historias que son mucho más largas, que se trabajan mucho más en una colaboración”, dijo Luna. “Es muy rico este fenómeno del cuarto de escritura en una serie donde te sientas con escritores y escritoras y todo mundo cuestiona… Ese nivel de colaboración yo lo agradezco muchísimo y creo que enriqueció muchísimo esta serie”.
Los guionistas Jimena Montemayor, Lucero Sánchez Novaro y Augusto Mendoza, coordinados por Kyzza Terrazas, lo ayudaron a dar forma a la historia de Ruy (Medina), un locutor de una estación de radio cultural, y Julia (Uribe), una diseñadora, quienes tienen una hija pequeña llamada Andrea (Isabella Vázquez).
Ruy y Julia ya no se consideran pareja, pero siguen viviendo bajo el mismo techo y se prometen que lograrán separarse sin usar abogados. Las cosas se complican cuando en una fiesta Ruy se pone impertinente con una chica y como bola de nieve esto lleva a que termine siendo señalado por acoso. Para Julia, quien es una feminista, es la gota que derrama el vaso.
“Está en un momento de mucha inconsciencia de sus actos”, dijo Uribe en una videollamada separada junto con Medina desde la Ciudad de México. “No se da cuenta de muchas cosas y acciones que son violentas”.
Es de notar que Ruy creció con una mamá hippie, es un hombre rockero, en la mediana edad, pero en 2021 choca con un mundo donde los comportamientos machistas ya no son tolerados.
“Haberlo interpretado fue una delicia. Obviamente nos burlábamos mucho del pobre Ruy”, dijo Medina. “Se tiene que hacer responsable del privilegio que ha tenido siempre, de los privilegios que tienen los hombres”.
En este sentido, Luna señaló que los hombres de hoy deben replantearse su “masculinidad y “dinámicas… para poder vivir en una sociedad más respetuosa, que funcione de mejor forma, equitativa, amorosa”.
"No nos queda de otra y más nos vale hacerlo a la brevedad”, dijo.
Pero para bailar tango se necesitan dos y Julia también ha hecho cosas reprochables. Ruy se da cuenta que tiene un affaire con el dentista de su hija, lo que le pesa como una verdadera “infidelidad” aunque estén en proceso de separación.
“Era indispensable hacerla a ella un personaje igual de complejo”, explicó Luna. “Para mí eso es lo bonito de contar una historia, de buscar un momento donde los personajes se contradicen a sí mismos”.
Aunque son personas perfectamente normales, ante los ojos de la ley ambos tienen defectos graves. Pronto se ve que en los juzgados donde llevan su divorcio también hay mucho machismo y las mujeres suelen ser juzgadas con mayor severidad en su papel como madres.
“Enfrenta a Julia a un México fuera de su burbuja, fuera de su lucha feminista”, dijo Uribe. “Que una institución así tenga el poder de decidir sobre tu vida y sobre cuántas veces vas a ver a tu hija y sobre tus bienes, es fuertísimo”.
Pierre Louis interpreta al amante dentista, Fausto, quien disfruta dando sexo oral a Julia.
“Es romper un poco con el estereotipo de que sólo importa mientras los hombres estén satisfechos. Es parte de una revolución que a mí me interesa contar, me interesa que ese mensaje trascienda buscando siempre la igualdad”, dijo el actor también por videollamada.
Por su parte, Mercedes Hernández interpreta a Idalia, la empleada doméstica que mantiene el orden en la casa y no deja de imponerse ante Julia y Ruy cuando lo considera necesario, además de dar soporte emocional a la pequeña Andrea. Cuando no está trabajando, Idalia disfruta jugando futbol llanero.
“Idalia tiene una vida propia, también tiene sus propios amores, sus propios conflictos y me encanta esta oportunidad que estoy teniendo”, dijo Hernández, quien el miércoles fue nominada al premio Ariel a la mejor actriz por su papel en Sin señas particulares.
Luna, quien creció haciendo cine, teatro y televisión, trató de que la experiencia fuera lo más amigable para Isabella.
“Ella entraba al set a jugar. En cuanto entraba empezábamos a filmar y yo le explicaba de qué iba (la escena) y le decía qué tenía que decir y jugaba con ella a dinámicas”, contó. “La manteníamos lo más alejada del contenido adulto que esta serie tiene para que para ella fuera un juego diario y además tuviera que venir al set a descubrir cosas”.
En Todo va a estar bien, la pandemia es una sombra que se avecina. En la radio se escuchan noticias de que están empezando los contagios de coronavirus en otras partes del mundo.
“Decidimos que no se volviera una serie sobre la pandemia, pero tampoco podíamos ignorar lo que estaba pasando”, dijo Luna. “Ya verán cómo lo resolvimos, pero en efecto la pandemia nos vino a encausar y en ese sentido no la podíamos dejar fuera de la historia”.