El secretario de Turismo de la capital, Carlos Mackinlay, afirmó que el número de visitantes va en franco ascenso en la Ciudad de México, donde el porcentaje de ocupación en los hoteles fluctúa entre 37 y 38 por ciento, mientras la renta de departamentos vía aplicaciones por Internet alcanza 80 puntos.
De confirmarse estos datos se espera que al concluir agosto la urbe haya recibido un millón de turistas nacionales y 400 mil extranjeros, lo que generaría una derrama cercana a 6 mil millones de pesos, si se agrega el impacto por las actividades de los 500 años de resistencia indígena y la recuperación de 120 mil empleos directos entre enero y junio.
Las zonas más beneficiadas por la reactivación turística son las cercanas al aeropuerto, en segundo lugar el Centro Histórico, mientras las más rezagadas son Santa Fe y el sur de la ciudad.
Las actividades culturales y turísticas programadas siguen en pie para la segunda temporada del año.
En septiembre continuarán con los festejos del quinto centenario y luego el Día de Muertos, el Gran Premio de Fórmula 1 y la exposición de Frida, entre otros.
Estos actos se desarrollarán dentro del contexto de las medidas sanitarias; en tanto, el comité epidemiológico definirá cuáles serán las que continúen, pero recordó que la consigna de la administración local, “y lo ha dicho la jefa de Gobierno una y otra vez, es reactivar sin arriesgar”.
El funcionario dio el banderazo de salida a la ruta prehispánica del tranvía turístico, diseñada para continuar con la conmemoración de los 500 años de resistencia indígena, por lo que recupera temas como la tradición prehispánica de los tianguis y considera el Templo Mayor y a las antiguas deidades Tláloc y Huitzilopochtli.
La ruta comprende 10 puntos: Tacuba, el templo de San Hipólito y el mercado de artesanías de La Ciudadela y aborda acontecimientos como que “cerca de San Hipólito se encontró hace varios años lo que probablemente sea el único resto del famoso tesoro de Moctezuma, del que se ha hablado durante muchos años, la famosa teja de oro, un lingote fundido por los españoles antes de salir en fuga de la Gran Tenochtitlan”.