Ciudad de México. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Tecnológico de Monterrey renovaron el Convenio de Colaboración y Lanzamiento del Consorcio UNAM-TEC de Investigación, Transferencia Tecnológica y Emprendimiento, cuyo objetivo es desarrollar un ecosistema que genere soluciones prácticas a problemas empresariales y/o sociales, a través de actividades conjuntas que promuevan la participación de académicos de ambas instituciones, el sector privado, así como organizaciones e instituciones de los gobiernos locales, federales o internacionales.
En la firma del convenio, encabezada por los rectores de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y del Tec de Monterrey, David Garza Salazar; el coordinador de vinculación y transferencia tecnológica de la máxima casa de estudios, Jorge Vázquez Ramos, profundizó en que esta acción contempla también la formulación e implementación de programas conjuntos para la atención a problemáticas en temas estratégicos para el desarrollo científico , tecnológico, económico, social y sostenible del país.
De igual manera, las partes se comprometieron a aportar fondos para apoyar aquellos proyectos conjuntos que sean evaluados positivamente y que demuestren que tienen la posibilidad de ser transferidos a la sociedad.
En este sentido, la UNAM informó que con los 20 millones de pesos, como capital semilla, aportados por esta casa de estudios y el Tec de Monterrey se financiarán los primeros proyectos.
Esta tarde, también se signaron memorándums de entendimiento con las empresas Fomento Económico Mexicano (Femsa) y Cemex, que “fungirán como aliados industriales aportando fondos al consorcio y con quienes se podrán firmar convenios específicos y emitir convocatorias relativas a temas de interés”.
En su participación, Graue Wiechers destacó que “necesitamos crear innovación y darle valor agregado a los productos de la industria nacional”.
A su vez, Garza Salazar refirió que el reporte de Competitividad Global 2020 del Foro Económico Mundial ubicó a México en el lugar 36 de 37 naciones, por debajo de Chile, Brasil y Argentina y en el cual se tuvo un desempeño débil en incentivar y ampliar inversiones de largo plazo en investigación, innovación e invención que puedan crear nuevos mercados.