Ciudad de México. El regreso a las actividades presenciales de toda la comunidad estudiantil debe ir acompañada de un plan de acción y una estrategia integral que garanticen su salud y que abone a la impartición de una educación de mayor calidad, señaló la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). En un pronunciamiento, exhortó a las autoridades educativas a fortalecer la protección de esta colectividad para un retorno a clases seguro.
Refrendó su preocupación respecto a los impactos negativos en el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes, y en su bienestar físico y emocional, como consecuencia de las medidas de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, e instó a que se tomen en cuenta lo emitido por el Comité de los Derechos del Niño para atenuar sus efectos; adoptándose acciones de prevención, contención, atención y regreso seguro a las actividades.
Expuso que el plan de acción y la estrategia nacional integral en la materia deberán contemplar, como mínimo, la capacitación del personal docente y administrativo en relación con el protocolo sanitario a seguir, previa al retorno; vacunación de los trabajadores, mantener la sana distancia, ventilación de espacios cerrados, privilegiar los lugares al aire libre para las actividades escolares, controles de temperatura de toda la comunidad al ingreso a los planteles y a los salones de clases.
De igual manera, uso de gel antibacterial y cubrebocas en los espacios cerrados; grupos reducidos y escalonados; prever un área específica para separar a alumnos que presenten algún síntoma o malestar; abastecimiento de agua suficiente y necesaria para el lavado de manos y suministro de jabón; sanitización y limpieza frecuente de los salones de clases; involucrar a los padres, a las madres, tutores y tutoras para que repliquen en su hogar las medidas a seguir.
Asimismo, prever protocolos especiales para los estudiantes con alguna discapacidad, que requieran un tratamiento particular y apoyo psicológico para el proceso de adaptación de vuelta a la rutina escolar, contribuyendo con ello a un buen desarrollo mental.
La CNDH también hizo un llamado a los padres y madres de familia, tutores, trabajadores de las escuelas y planteles educativos del país para que tomen debida conciencia de esta situación.
Indicó que el mantener y asegurar la continuidad de los derechos de la niñez y la adolescencia y en general de toda la población estudiantil, resulta decisivo en el contexto de la pandemia por Covid-19 y sus variantes, a fin de prever y mitigar los efectos de dicha enfermedad. “Esto sólo será posible mediante la coparticipación de las autoridades competentes del Estado mexicano, padres, madres, tutoras, tutores y familia en general, así como del personal docente y administrativo de los planteles educativos”.
Refirió que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha señalado que el regreso a clases presenciales es un “paso clave para la continuidad de la educación y la recuperación de aprendizajes que contribuirá a mitigar problemas vinculados a la malnutrición, la violencia y el embarazo adolescente, entre otros”; que el cierre extendido de los planteles educativos ha afectado negativamente “a toda una generación en el corto, mediano y largo plazo, provocando pérdida de conocimientos y habilidades”, rezago en el desarrollo infantil temprano, aunado a un aumento de la deserción escolar.
La CNDH señaló que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el impacto del Covid-19 en la educación propició que 1.5 millones de niños, niñas y adolescentes de entre 3 a 18 años no se reinscribieran en el ciclo escolar 2020-2021.