Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que es muy difícil encontrar, para trabajar en la administración pública, a personas que no estén relacionada con académicos e intelectuales que dominaron durante mucho tiempo.
“Yo siempre digo que tardó más el dominio neoliberal que el porfiriato”, dijo en la conferencia de prensa matutina cuando se le preguntó sobre el nombramiento de Brenda Lozano, como agregada cultural de la embajada en España.
El antecedente del cambio es la salida de Jorge F. Hernandez, en ese mismo encargo en la representación de nuestro país en aquella nación, y de manera simultánea a la renuncia de Enrique Márquez, director de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Sin mencionar nombres, el presidente prosiguió:
“El neoliberalismo se impuso por 36 años”.
—¿A usted le informaron de esta designación? (de Brenda Lozano)
—No, no, no, no… pero está cundido el país de este pensamiento conservador, neoliberal porque imagínense si nada más habían dos grupos que dominaban en el mundo de las letras: el de (Enrique) Krauze y el de (Héctor) Aguilar Camin, que al final, políticamente son lo mismo, como dos partidos que no quiero (nombrar) que aparentaban ser distintos, o como la Pepsicola y la Coca-cola.
Esos dos grupos monopolizaron, agregó.
“Se metieron a la academia y hasta en los centros públicos de enseñanza; se metieron a la UNAM, ese pensamiento dominante que no estaba cuándo yo estudié”.
—¿No le interesa (qué Brenda Lozano) haya hecho críticas a su gobierno e incluso se haya burlado (de usted)?
—No, no, es que desgraciadamente tenían predominio de todo, en Hacienda, en Agricultura, en Relaciones Exteriores. Una vez en una celebración de independencia un embajador gritó ‘viva Iturbide’.
Entonces, dijo el presidente, está lleno, hay que ir poco a poco, sin excluir, dando oportunidad sobre todo a los jóvenes que no están tan influenciados por el pensamiento conservador, porque no solo era el ITAM y el Tecnológico de Monterrey sino también el CIDE, organismo público.
(Es como si) el Conacyt estuviera al servicio de las empresas y no a investigaciones al servicio de la gente.
Entiendo, recalcó, se formó mucha gente así; es como cuando se derrumbó la Unión Soviética, todos los que se habían formado con esa concepcion, con esa ideología, pues se sintieron abandonados, como que cayeron en el vacío, se quedaron colgados de la brocha.