Ciudad de México. El efecto negativo de la pérdida de clases presenciales en México es comprobable. Sin embargo, el próximo regreso voluntario a las aulas también es una “decisión difícil” porque no se cuenta con el suficiente conocimiento sobre la propagación del Covid-19, explicó Roberto Martínez, director del centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México.
En septiembre del año pasado, dijo, la mayoría de los sistemas educativos de los países que integran la OCDE había vuelto a las aulas, pero México no lo ha hecho en más de 16 meses.
“Se ha comprobado a través de nuestros datos que las horas perdidas en la impartición de conocimiento en las aulas, sobre todo en los niveles básico y medio superior, sí ha tenido un impacto negativo”, destacó.
En una conferencia de prensa para promocionar el evento E-Tech, detalló que este cierre de escuelas se ha extendido al trabajo, con diversos efectos en los mercados laborales. Por ello, advirtió, se necesita una pauta clara de cómo será el regreso, para que los empleadores sepan el tiempo que contratarán a nueva fuerza laboral.
“Es un hecho que para reactivar la economía y las distintas actividades esenciales se debe tener certeza sobre la modalidad de regreso a las aulas, si será presencial o híbrida”, además de que se garantice el seguimiento de protocolos de sanidad y continúen los esfuerzos de vacunación, no sólo entre los profesores, sino también en el alumnado, agregó.
Luego de estar cerradas más de un ciclo escolar, las escuelas del país se abrirán a clases presenciales el próximo 30 de agosto; este regreso es opcional, han reiterado autoridades federales.