Múnich. El piano del Premio Nobel de Literatura germano Thomas Mann fue donado por el nieto del autor de La montaña mágica (1875-1955) a la República Federal de Alemania. El instrumento se encuentra desde 2019 en la antigua vivienda del escritor en Pacific Palisades, en el estadunidense estado de California.
Frido Mann, nieto del escritor, explicó que en octubre habrá allí un concierto con el pianista Igor Levit, que, según comentó, debió ser aplazado a este otoño europeo a causa del coronavirus.
Mann desea que Levit interprete la sonata para piano Opus 111 de Ludwig van Beethoven, a la que Thomas Mann rindió un tributo literario en la novela Doctor Fausto.
“El piano lo acompañó durante ese tiempo”, explicó Frido Mann. La antigua residencia del escritor fue adquirida por Alemania en 2016. En junio de 2018 abrió sus puertas como punto de encuentro transatlán-tico, en una inauguración con el pre-sidente Frank-Walter Steinmeier.
Frido Mann donó el piano en agradecimiento por la compra de la casa que su familia vendió en los años 50, antes de su regreso a Europa. La vivienda en Pacific Palisades, un barrio residencial de Los Ángeles, se encontraba muy deteriorada en ese momento.
El Premio Nobel de Literatura, que partió al exilio durante el nazismo, vivió allí entre 1942 y 1952. La casa de la familia Mann era por entonces lugar de reunión de artistas e intelectuales famosos. El piano se encontraba desde 1954 en la casa de Thomas Mann en Suiza, donde su nieto contó que lo utilizó para sus propios estudios de música en Zúrich. Posteriormente se llevó el instrumento a Alemania.
Frido Mann, sicólogo y también escritor, señaló que en la pandemia de coronavirus, más durante la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, por la crisis de los refugiados han surgido corrientes antidemocráticas.
“En tiempos de fuerte cambio y malestar, todo se incrementa: la solidaridad y la sensatez, pero también la estupidez”, afirmó el nieto del Premio Nobel de Literatura.
Con su nuevo libro Democracy will win, Bekenntnisse eines weltbürgers (La democracia ganará: Confesiones de un ciudadano del mundo), Frido Mann, de 81 años, se introduce en el discurso político.
Desde su punto de vista, el diálogo entre y en todos los grupos de edad y estratos sociales puede contribuir a apoyar el orden democrático, y se debe empezar por los niños de la guardería con la inclusión de los llamados “indignados”.
Frido Mann indicó que, en diálogo con estos últimos, puede desenmascararse a los populistas y sus teorías y aislarlos, y volver a ganarse para la democracia a los escépticos. Han transcurrido unos 80 años desde que su abuelo Thomas Mann se pronunció en forma apasionada desde su exilio en Estados Unidos en contra del fascismo en Europa y luchó por una renovación de la democracia.
En 1938 pronunció la frase “democracy will win”, y durante un discurso en Washington en 1943, el autor de La muerte en Venecia sostuvo: “Es un espectáculo terrible cuando lo irracional se vuel-ve popular”.
Según añadió Frido Mann, una exposición que abrirá sus puertas a fines de octubre en el ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín repasará todo el pensamiento político de su abuelo, desde su posición monárquica hasta su defensa de la democracia. El título de la muestra también será Democracy will win.