Dos “masculinidades” que se confrontan por el territorio físico, emocional y de pareja es el eje de la historia del realizador Andrés Clariond Rangel.
La cinta Territorio, que se estrena en salas el 26 de agosto, “siempre la he asociado con el mundo animal y la naturaleza”, explicó el guionista y director a La Jornada.
En la historia aparecen Manuel (José Pescina) y Lupe (Paulina Gaitán) quienes desean, casi de manera obsesiva, tener un hijo. Pero el hombre se descubre estéril y, de manera paulatina, comienza a desmoronarse física y emocionalmente.
Después de explorar varias opciones, Manuel recurre a Rubén (Jorge A. Jiménez), su nuevo amigo, para que sea el donador. A cambio, Rubén le pide quedarse unos días en su casa con la promesa de marcharse pronto a Estados Unidos. No obstante, su presencia cambiará la dinámica y el sueño de paternidad de Manuel concluirá en su propio destierro.
Andrés Clariond Rangel detalló sobre la trama: “Este matrimonio de clase trabajadora que no puede tener hijos, pero después de varios estudios se descubre que el hombre no es fértil; se le derrumba la imagen que tiene de su hombría, lo cual lo conduce a una gran crisis en su matrimonio”.
Precisamente, “en ese momento de mayor debilidad, llega Rubén y se convierte en el macho, pues desbanca a Manuel en su propia casa”.
Clariond Rangel, plantea “el rol que te impone la sociedad por ser hombre y cómo el sexo masculino carga con un montón de complejos y tapujos, que nos orillan a vivir momentos de crisis; también tiene que ver lo que se nos impone culturalmente, no sólo a las mujeres, sino a los hombres. Es una especie de necesidad de dejar un legado, de que perdure nuestro nombre y sobrevivir por medio de otra persona, como sería un hijo, quien además se llamaría igual que nosotros”.
De hecho “desde mi anterior trabajo en Hilda, me gustan hacer cintas que entretengan, pero que hagan reflexionar y generen un debate, de tal forma, que los espectadores hablen después de los temas abordados en ella”.
Sobre su personaje José Pescina detalló: “La situación se torna compleja porque Manuel, está dentro de los cánones sociales, es alguien que tiene un buen trabajo, esposa, pero su deseo es tener un hijo. Esto es como un deber ser, ya establecido, el cual desde que somos pequeños, nos dice que así tiene que ser la vida de los hombres”.
En la trama “se suscitan otras circunstancias, complejas, específicamente más animales; las cuales propician que Manuel se quiebre de manera paulatina, al ver que su futuro no sería como lo imaginaba por no poder tener un descendiente, así como por lo que ocurre después”.
Se expone “un problema que vivimos muchos hombres, donde difícilmente te atreves a mostrarte vulnerable frente a los demás; en México, sobre todo, el género masculino habla y se expresa muy poco; y mucho menos nos referimos a cuestiones íntimas o tabús, como lo que ocurre con Manuel y su esposa”.