Múnich. Una estatua de Julieta Capuleto, heroína de una tragedia de Shakespeare, en la famosa plaza Marienplatz de Múnich, o más bien la costumbre de tocar su seno, es objeto de debate en la ciudad, reportó el tabloide alemán Bild.
Desde hace muchos años, los transeúntes agarran al pecho derecho de la estatua de bronce porque esperan que les traiga suerte en el amor. ¿Superstición inofensiva o sexismo?, se preguntan las autoridades de la ciudad, según el diario.
El departamento municipal de cultura tiene previsto organizar en 2022 un simposio internacional y tres proyectos artísticos, que incluyen el trato a la estatua de Julieta, y temas sobre otros monumentos polémicos de la ciudad.
De acuerdo con la convocatoria, se abordarán temas como el nacionalismo, la hostilidad a la democracia, el militarismo, el colonialismo, las imágenes hegemónicas de la masculinidad o la infrarrepresentación de la mujer y la diversidad.
La estatua de Julieta es un regalo de la ciudad italiana de Verona. La figura recuerda la historia de amor de Romeo y Julieta que tan trágicamente termina en la obra dramática de William Shakespeare.
Desde entonces, el pecho de Julieta ha sido manoseado tantas veces que brilla como el oro. La conceja-la Marie Burneleit, del partido político Die Partei, propuso que se haga justicia instalando al lado de Julieta una estatua con partes del cuerpo atribuidas al sexo masculino. Rub me too (frótame también) bautizó su idea Burneleit, que consistiría en una figura “con un pene de bronce, o un taparrabos tal vez, con el que las personas pueden frotarse para tener suerte (en el amor)”.
En 2018, cuando surgió el movimiento de mujeres acosadas Me Too, una artista colgó un gran afiche detrás de la estatua de Julieta con la inscripción #MeToo. “Tocar de forma inapropiada ciertas partes del cuerpo puede ser una forma de acoso sexual para las personas”, dijo entonces la artista Lea Thurner al diario Süddeutsche Zeitung.