Kabul. Se ha reportado la muerte violenta de por lo menos siete personas al desatarse el caos en el aeropuerto de Kabul la mañana de este lunes, cuando afganos desesperados intentan huir del Talibán. Tanto soldados estadunidenses como combatientes talibanes lanzaron disparos al aire cuando una muchedumbre desesperada corrió a la terminal con la esperanza de abordar vuelos civiles, la mayoría de los cuales, de hecho, habían sido cancelados. Otros acudieron al lado militar del aeropuerto, desde donde los gobiernos estadunidense, británico y de otros países trasladan fuera del país a sus nacionales, así como a algunos afganos que trabajaron con ellos.
GALERÍA: Recelo en las calles de Kabul.
Cientos de afganos se han dirigido al aeropuerto con desesperación, y algunos se colgaron de un avión de transporte militar estadunidense cuando corría por la pista. Más tarde se difundieron imágenes de video en las que se ve a algunas personas cayendo del avión cuando despegó.
Entre el caos, soldados estadunidenses dispararon al aire para desalentar a personas que intentaban abrirse paso por la fuerza hacia un vuelo militar que desalojaba diplomáticos y personal de la embajada. En un principio se informó que cinco personas habían perecido. Un testigo dijo que no estaba claro si murieron por disparos o en la estampida. Un oficial estadunidense también indicó que dos hombres armados habían sido abatidos por fuerzas estadunidenses en las 24 horas anteriores. Un vocero del Pentágono informó que había indicios de que un soldado estadunidense había sido herido.
VIDEO: Comienzan las evacuaciones en Kabul mientras Biden defiende la retirada.
El Talibán instaló retenes en el camino al aeropuerto este lunes, y se vio a los militantes revisando identificaciones de algunos que intentaban pasar, lo cual sembró el miedo entre quienes intentaban abordar vuelos organizados por Estados Unidos y Gran Bretaña por los servicios prestados a los respectivos gobiernos.
VIDEO: Afganos se cuelgan de un avión para intentar huir del régimen talibán.
Incluso después de pasar a los combatientes islamitas, a algunos les resultó imposible llegar al lado militar, desde donde se organizaba la evacuación. Un ex guardia de seguridad, quien dijo portar visa británica, comentó a The Independent que él y su familia fueron obligados a regresar, mientras otros que no contaban con documentación relevante simplemente se abrieron paso a empujones.
El hombre de 36 años, originario de Kunduz, quien trabajó con los británicos en Helmand y Kabul, expresó: “fuimos al aeropuerto el sábado y esperamos seis horas; vimos personas que no tenían visas ni papeles pasar corriendo junto a nosotros, pero no pudimos hacer nada porque teníamos a nuestros niños. Una de mis hijas comenzó a sentirse muy enferma. Tiene cuatro años, y mi esposa insistió en que volviéramos a casa”.
La familia –los padres y tres hijos– volvió al aeropuerto el domingo, pero fueron devueltos en el retén talibán.
“Tal vez no me habrían revisado, tal vez no sabrían de mí, pero no podía correr el riesgo”, dijo. “Regresamos a casa. No creo que les sea posible a los británicos encontrarme aquí. No sé qué hacer ahora”.
Otros se enfurecieron porque los estadunidenses tomaron el aeropuerto a su cargo desde temprano y, según se afirmó, suspendieron los vuelos civiles.
Rahima Samsuddine, profesora, manifestó: “Es muy simple. No quiero vivir en este país si gobierna el Talibán. No pedí ayuda a los estadunidenses. Quería ir a Estambul en un vuelo que yo misma arreglé. Los estadunidenses dejaron nuestro país al Talibán, y ahora impiden que los afganos usemos nuestro propio aeropuerto para huir del desastre que hicieron”.
Más de 70 países, entre ellos estados miembros de la Unión Europea, llamaron a todas las partes en Afganistán a “respetar y facilitar” la partida de nacionales extranjeros y afganos que deseen marcharse.
Expresaron: “Los que ocupan posiciones de poder y autoridad en todo Afganistán tienen el deber y la responsabilidad de proteger la vida humana y la propiedad, y restablecer de inmediato la seguridad y el orden civil”.
El Talibán afirmó que las personas que no puedan abordar vuelos deben regresar a sus hogares. “No deben temer hacerlo”, aseguró un oficial. “La aglomeración en el aeropuerto es peligrosa”.
La rápida conquista de Kabul por el Talibán viene a raíz de la decisión del presidente estadunidense, Joe Biden, de retirar las fuerzas de su país después de 20 años de guerra.
La rapidez con que ciudades afganas cayeron en cuestión de días, y los temores de una embestida de los nuevos gobernantes contra la libertad de expresión y los derechos de las mujeres han desencadenado críticas a la Casa Blanca. El Talibán necesitó apenas poco más de una semana para tomar control de todo el país, después de una ofensiva relámpago que terminó en Kabul mientras las fuerzas del gobierno, entrenadas durante años y equipadas por Estados Unidos y otros países a un costo de miles de millones de dólares, simplemente se disolvieron.
Biden enfrenta críticas de adversarios y amigos por igual por su manejo de la retirada estadunidense. Este lunes, el secretario de Estado Anthony Blinken abordó la crisis con su contraparte ruso, Serguei Lavrov, y acordaron continuar pláticas con China, Pakistán y otros países interesados, así como con Naciones Unidas.
El secretario del Exterior, Dominic Raab, criticado por estar de vacaciones mientras Afganistán se derrumbaba, se refirió a la toma del poder por el Talibán como una “nueva realidad”, y afirmó que no descartaría sanciones en caso de que el gobierno entrante no cumpla con sus compromisos sobre derechos humanos. Entre tanto, Gran Bretaña ha accedido a enviar otros 200 efectivos a Kabul para ayudar en el desalojo de ciudadanos británicos y aliados locales, lo cual eleva el número de uniformados británicos a unos 800 en el país asiático.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó el domingo, mientras los militantes islamitas entraban en Kabul virtualmente sin oposición, afirmando que quería evitar un derramamiento de sangre. Por ahora se desconoce su paradero.
Suhail Shaheen, portavoz del Talibán, señaló en una publicación en Twitter que sus combatientes tenían órdenes estrictas de no dañar a nadie. “No se dañará la vida, la propiedad y el honor de nadie, pero deben ser protegidos por los mujaidines”, escribió.
Mohammad Naeem, vocero de la oficina política del Talibán, declaró a Al Jazeera Tv que pronto se revelará la forma del nuevo gobierno de Afganistán. Afirmó que el Talibán no quiere vivir en el aislamiento y llamó a relaciones internacionales pacíficas. “Pedimos a países y entidades sentarse con nosotros para arreglar todos los asuntos”, dijo, y añadió: “No creemos que las fuerzas extranjeras repitan una vez más su fallida experiencia en Afganistán”.
Sin embargo, muchos afganos temen que el Talibán retorne a las crueles prácticas del pasado. Durante su gobierno anterior, de 1996 a 2001, las mujeres tenían prohibido trabajar y se infligían castigos tales como lapidaciones, latigazos y ahorcamientos en público.
Con información de agencias