Les Cayes., Rescatistas y recolectores de metal excavaban ayer entre los escombros de un hotel de donde ya se han recuperado 15 cuerpos tras el terremoto que devastó a esta comunidad costera de Haití hace tres días.
Jean Moise Fortunè, cuyo hermano propietario del hotel murió en el derrumbe, cree que hay más personas atrapadas.
Sin embargo, con base en el tamaño de los espacios vacíos que los rescatistas examinaron con extrema cautela, quizá de unos 30 centímetros de profundidad, parecía improbable encontrar más sobrevivientes.
El sismo dejó por lo menos mil 419 muertos, destruyó comunidades enteras y provocó deslaves que obstaculizan las labores de rescate en la nación más pobre del hemisferio occidental. Antes del movimiento telúrico del sábado, Haití ya lidiaba con la pandemia del Covid-19, el incremento de la violencia de las pandillas, el aumento en la tasa de pobreza y la incertidumbre política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio.
Protección Civil también elevó ayer el número de lesionados a 6 mil. La devastación podría empeorar con la llegada de la depresión tropical Grace, la cual habría tocado tierra anoche.
“Estamos trabajando para garantizar que los recursos que tenemos disponibles lleguen a los lugares más afectados”, declaró Jerry Chandler, director de Protección Civil, en referencia a las provincias de Les Cayes, Jeremie y Nippe, en el suroeste del país.
Al quedarse sin trabajo, combustible y dinero, los desesperados residentes de Les Cayes escudriñaban los escombros en busca de objetos de metal para vender. Otros esperaban a que les transfirieran dinero desde el extranjero. Las remesas son un pilar de la economía haitiana incluso antes del impacto del sismo.
Tres días después del terremoto, los lesionados siguen llegando al atestado hospital general de Les Cayes. Los pacientes aguardaban a recibir atención en escaleras, corredores y en la terraza del hospital.
“Después de dos días, la mayoría de ellos ya están infectados”, lamentó el doctor Paurus Michelete, quien ha atendido a 250 pacientes y era uno de apenas tres doctores en servicio al momento del terremoto.