El presidente Andrés Manuel López Obrador intervino en la investigación del asesinato de José Eduardo Ravelo, joven veracruzano presuntamente agredido por policías municipales de Mérida, Yucatán.
El propósito es que se castigue a los responsables, “incluso a las autoridades que estén encubriendo”, porque, aunque haya una resolución judicial, no significa que sea cosa juzgada, advirtió.
Por lo pronto, el gobierno federal valorará interponer una denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
El joven de 23 años murió el 3 de agosto a causa de lesiones; el juez no vinculó a proceso a los cuatro agentes municipales implicados y la madre de José Eduardo llevó el féretro al palacio de gobierno para exigir justicia.
“Sí, lo vamos a atender. La mamá del joven declaró que me iba a buscar. Le mando decir que no hace falta porque voy a dar instrucciones a la secretaria de Gobernación, a la licenciada Sánchez Cordero, para que atienda este asunto”, dijo el presidente a la prensa.
Por su parte, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, publicó en su cuenta de Twitter: “Esta mañana tuve comunicación con la señora María Ravelo, madre de José Eduardo Ravelo. Desde que se tuvo conocimiento del caso en Mérida, esta subsecretaría ha dado seguimiento al tema”.
En tanto, la Fiscalía General del Estado de Yucatán presentó este lunes una apelación contra la decisión que tomó el juez de control, Rómulo Bonilla Castañeda, de liberar a los cuatro agentes de la policía de Mérida acusados de torturar y violar a José Eduardo Ravelo Echavarría.
En rueda de prensa, el fiscal general, Juan Manuel León, aseguró que este proceso no ha acabado y seguirá hasta que haya justicia.
Además, refirió que no existe el vacío que alegó la defensa entre el tiempo que transcurrió desde la salida de José Eduardo, el 22 de julio, hasta el día que interpuso la denuncia ante la fiscalía, el 24.
Reiteró que la policía municipal de Mérida no proporcionó videos de la detención y tampoco del tiempo que estuvo el joven veracruzano en la cárcel, alegando que tienen un sistema de bucle que los borra cada semana e incluso cada tres días.
De acuerdo con el fiscal, esos dos días en que supuestamente hubo un “vacío” transcurrieron de la siguiente manera:
Luego de que José Eduardo salió de prisión, se dirigió a su lugar de trabajo, una frutería en el fraccionamiento Chuburná. Desde que llegó se veía mal y escupía sangre.
Cerca de las seis de la tarde pidió al otro dueño, un joven con el que compartía cuarto, que tomara fotografías de sus lesiones para enviárselas a sus familiares .
El 24, cuando María Ravelo llegó de Veracruz, llevó a su hijo al hospital O’Horán, donde les pidieron presentar denuncia.
Poco después de que salieron, solicitaron una ambulancia para llevarlo de nuevo al joven al hospital, donde permaneció hasta que falleció, el 3 de agosto.