La pandemia se apoderó del mundo y los consumidores dejaron de gastar en restaurantes, pasajes aéreos y otras actividades que se vieron restringidas, ahora, los ciudadanos, a pesar del desconcierto de la tercera ola de Covid- 19, empiezan a hacer planes para el futuro, siendo uno de los principales riesgos para la inflación, prevén analistas económicos.
De acuerdo con datos del Índice de Precios al Consumidor (Inpc), que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el incremento anual de los precios al consumidor en los componentes de otros servicios (restaurantes, bares y similares) y esparcimiento comenzaron a repuntar desde marzo del presente año hasta julio.
En enero, cuando se dio la segunda ola por Covid, los restaurantes y bares registraron un incremento de precios de 4.15 por ciento anual, para marzo, el aumento fue de 4.31 por ciento y para julio el alza fue de 6.37 por ciento. Lo mismo sucede con las loncherías, al registrar una inflación en julio de 6.98 por ciento, cuando en el primer mes del año fue de 4.22 por ciento. En tanto, las cafeterías aumentaron 4.92 por ciento sus precios en julio con respecto al mismo mes de 2020.
Los paquetes turísticos y hoteles se dispararon 9.19 y 6.92 por ciento anual en julio, en pleno periodo vacacional, pero con semáforos de emergencia por la pandemia. Los precios del cine, por su parte, incrementaron de 2.25 por ciento en enero a 6.77 por ciento anual en el séptimo mes del año.
“Si bien la inflación anual podría descender durante el segundo semestre, ésta difícilmente se ubicará por debajo de 5.5 por ciento en México. Los principales riesgos al alza que se registran son la persistencia de disrupciones en la cadena global de suministros que genera presión adicional sobre los costos y una aceleración de la actividad de servicios mayor a la prevista, pese al repunte en casos de coronavirus”, explicó Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex.
Añadió que la persistencia de problemas de suministros en la industria podría ejercer todavía más presión sobre la inflación, sobre todo si se traspasan a los precios al consumidor.
Brotes verdes
Para Alejandro Saldaña, subdirector de Análisis Económico de Ve por Más, la inflación subyacente, que excluye de su medición los productos de alta volatilidad de precios como son los energéticos y los agropecuarios, los precios de mercancías (tortilla; pan; cereales) son impactados por choques de oferta y los servicios (loncherías, fondas, restaurantes) apuntan el efecto del menor confinamiento sobre la demanda.
“El índice subyacente lleva nueve meses al alza. En julio, la aceleración se originó en servicios, que siguen recuperándose ante el relajamiento de las medidas sanitarias al comercio y a la movilidad social, que se refleja en patrones de consumo más normales (rotación de bienes a servicios)”, precisó Saldaña.
La ciudadanía poco a poco va recibiendo la vacuna contra el Covid-19, y a la vez se construyen ciertas rutinas, se hacen planes, algunos quieren reformar el hogar, otros, comprar un vehículo, y otros sueñan con realizar un viaje, afirman analistas, que aclaran que esto no significa, de manera alguna, que se vislumbren brotes verdes, sino una ligera recuperación en el entusiasmo.