La alcaldía de Iztapalapa tiene presencia en la historia de la caída del imperio azteca; aportó un tlatoani, que en la actualidad los habitantes de esa región de la Ciudad de México aún conmemoran.
En el contexto de los 500 años de resistencia indígena tras la caída de México-Tenochtitlan, el 13 de agosto se presentó el libro Cuitláhuac, señor de Iztapalapa y Tlahtoani de México-Tenochtitlan, de Patrick Johansson Keraudren, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El académico estuvo acompañado por la alcaldesa de esa demarcación, Clara Brugada Molina, y por los historiadores Pablo Moctezuma Barragán, el también colaborador de este diario Pedro Agustín Salmerón Sanginés, Samuel Zyman y Samuel Maynez Champion, compositor de la música y autor del libreto, respectivamente, de la cantata épica Cuitlahuatzin, cuyo estreno está previsto para diciembre de este año, también en homenaje al Señor de Iztapalapa.
“Es importante que Cuitláhuac y su obra sean conocidos por la población de México, especialmente la de Iztapalapa. En el libro se analizan las pocas fuentes que existen sobre este personaje de gran relevancia, a fin de colocarlo en el sitio que merece, pues fue quien encabezó la rebelión contra los españoles”, compartió Patrick Johansson, también profesor de náhuatl.
El libro forma parte de la conmemoración de la victoria mexica sobre los españoles, el 30 de junio de 1520, en la Noche Victoriosa.
Pablo Moctezuma, Pedro Salmerón, Maynez y Samuel Zyman destacaron las cualidades de Cuitláhuac, como guerrero y dirigente indígena, y coincidieron en que es un acierto difundir su vida y obra por medio de libros y de obras artísticas, como la cantata épica que se prepara en su honor.
El oriundo de Iztapalapa y promotor de la cultura prehispánica, Braulio Esteban Campos Ávila, conocido como Ehecameh Anahuac (Vientos de Anáhuac), platicó con La Jornada acerca de las actividades que se hacen en conmemoración a Cuitláhuac y a la cultura prehispánica.
“Para recordar al tlatoani invicto y víctima de la viruela, Cuitláhuac, cada 30 de junio se realiza una caminata que va desde el cerro de la Estrella hasta la estación Popotla del Metro, donde se encuentra el árbol de la Noche Victoriosa”, compartió el también dentista.
Para Campos Ávila, hay interés de los habitantes de Iztapalapa en la cultura indígena.
“Tengo 10 años en la danza y cuatro practicando el juego de pelota; me parece que sigue la discriminación para esas actividades, pero cada vez son más los jóvenes que se interesan”, consideró Ehecameh Anahuac.
“En la explanada del jardín Cuitláhuac ya hay niños practicando ese juego, también en Santa Cruz, Tinacos, hay otro grupo de juego de pelota; además hay ciencia, como el instrumento de cálculo prehispánico llamado nepohualtzintzin, utilizado en todo el continente americano; ya hay grupos que enseñan a usarlo”, añadió.
“Hemos participado en las actividades del Museo del Fuego Nuevo del cerro de la Estrella, pero como espectáculo no hemos recibido respuesta de la alcaldía para que se juegue de manera permanente. No pedimos presupuesto, sólo que nos brinden el espacio adecuado”, explicó Braulio Esteban.
“Invito a cualquier persona que se acerque a la cultura prehispánica, para conocernos y encontrarnos, para recuperar nuestra identidad y terminar con la discriminación que aún existe”, terminó.