La iniciativa de los llamados Tianguis del Bienestar puede ser benéfica, al ayudar de forma directa a comunidades de alta marginación con ropa, calzado, herramientas y otros utensilios, pero entre los riesgos que tiene está su posible uso “clientelar” a favor de algún partido o funcionario, o que pueda generar acaparamiento o corrupción.
Así lo indicó Rodolfo de la Torre, director especialista en desarrollo social con equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, quien consideró que más allá del beneficio que pueda significarle este reparto gratuito de bienes a las familias con más carencias, el programa no puede tener un efecto duradero en la lucha contra la pobreza.
“Las primeras señales de esta política son positivas, pero siempre entraña riesgos, como el afectar a la economía formal al introducir mercancía que compite con la que dan quienes pagan impuestos al venderla, aunque una forma de evitarlo es que se entregue en las comunidades que no tienen infraestructura comercial ni oferta regular de estos bienes”, señaló el especialista.
Luego de advertir que el esquema aún carece de reglas de operación, debido a que se organizó de forma repentina, el economista afirmó que aunque los artículos entregados en los Tianguis del Bienestar representan un apoyo, “no se puede esperar que haya un efecto sobre los niveles de pobreza”.
La precariedad, dijo, es causada sobre todo por la falta de capital físico y humano, y aunque “recibir ropa, calzado y utensilios domésticos gratuitos es algo que apreciarán los beneficiarios, no será la solución al tema de la pobreza”.