Si bien la desaparición de personas y la crisis forense para la identificación de restos humanos descubiertos en fosas clandestinas son fenómenos arraigados en América Latina, México es el único de la región que ha solicitado el acompañamiento a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para hacerles frente. Por ahora, es el que ha tenido la voluntad política de reconocer la gravedad y de manifestar la intención para “enfrentarlos de manera integral, con el Estado detrás para resolverlo”, señaló Harold Robinson, director regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).
Plataforma en línea
Con apenas seis meses de colaboración, la ONU planteó un proceso de trabajo de dos años, pero con la proyección de convertirlo en un esquema multianual: “sabemos, por reportes de la Comisión Nacional de Búsqueda, que es uno de los fenómenos más complejos y requiere de un protocolo sostenible”, afirmó Iván Castellanos, representante auxiliar en México del UNFPA. “Es una problemática que, con base en cifras oficiales mexicanas, involucra a 80 mil personas desaparecidas”.
Dada la “emergencia forense reconocida por las autoridades” ante el Alto Comisionado en Derechos Humanos, el país ya forma parte de la plataforma identificacionhumana.mx, mecanismo inicial para unificar criterios con el propósito de el adecuado reconocimiento de restos humanos, en el que también participa el Comité Internacional de la Cruz Roja y el proyecto Fortalecimiento del estado de Derecho, una agencia alemana.
La plataforma referida pretende documentar y emplear las mejores prácticas en materia de antropología forense, en función de reducir el rezago de investigaciones y brindar certeza a las familias de que se busca adecuadamente a las víctimas.
Robinson reconoce a México como el único en América Latina que ha dado pasos para enfrentar este fenómeno que aqueja fundamentalmente a los jóvenes varones (76 por ciento de los desaparecidos). En paralelo, “existe en la región una manifestación de violencia que tiene que ver con las muertes dolosas de jóvenes, entre los 15 y 29 años”.
Violencia contra la mujer
América Latina se ha convertido en la región donde la violencia contra la mujer es la más intensa, misma que se ha recrudecido con el confinamiento por la pandemia, admite Robinson, en referencia a otra de las vertientes de actuación del Fondo de Población.
“La violencia de género infelizmente ocurre. Son las personas cercanas las que las golpean o las matan. De manera desafortunada, la emergencia sanitaria confinó a cientos de miles con sus agresores. El resultado es que, con el victimario dentro de la casa, las mujeres no pueden acceder a servicios que le den alternativas para identificar su riesgo ni para evitarlo”, expuso.
De acuerdo con el informe del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para esta región (Cepal), con datos anteriores a la pandemia, Brasil y México lideran en términos absolutos la incidencia de feminicidios en la región.