Como no sabe más que gritar y armar escándalos, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) “exige” al gobierno federal “dejar de financiarse a costa de la liquidez de las empresas privadas”, por lo que “es necesario que no obstaculice” las devoluciones de saldos tributarios a favor, por tratarse, dice, de “una conducta moralmente reprochable”. Además, la autoridad fiscal “debe agilizar la entrega de citas”.
Esa es la histérica acusación del organismo patronal (“acompañado” por la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, el Colegio de Abogados, la Asociación Nacional de Abogados de Empresa y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos), aunque al mismo tiempo reconoce que carece de “datos puntuales sobre el monto detenido en devoluciones, siquiera entre los asociados de la organización, para sostener sus dichos” (La Jornada, Dora Villanueva). Entonces, ¿en qué se basa para sustentar su acusación? Fácil: en una encuesta levantada por ella misma, “aún incompleta”, como lo reconoce.
Pues bien, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), que encabeza Raquel Buenrostro, detalla que “las solicitudes de devolución se atienden en tiempo y forma, de lo contrario el fisco pagaría intereses; el servidor público que ocasione un rezago injustificado deberá pagar esos intereses con recursos propios; ningún ser-vidor público tiene incentivos para retrasar una devolución. Al contrario, en 2021 disminuyó 5 días el tiempo promedio de resolución de devoluciones, respecto de 2020, esto sin considerar las automáticas”.
Según el SAT “las solicitudes de devolución han aumentado en esta administración por dos factores principales: eliminación de la compensación universal e inventario de alrededor de 200 mil millones de pesos que dejó sin pagar la pasada administración”. Así, de enero a julio de 2021 la autoridad tributaria aumentó las devoluciones en 173 mil millones de pesos respecto del mismo periodo de 2018, de los que 60 mil millones contribuyeron a abatir el rezago del inventario en casi 30 por ciento.
De igual forma, en el periodo enero-julio de 2021 el SAT incrementó en 2 millones 425 mil las resoluciones a solicitudes de devolución en comparación con el mismo periodo de 2018, a pesar de la pandemia y contar con sólo 30 por ciento de la plantilla laboral en 2020 y 2021.
A la fecha, 59 por ciento del monto total de devoluciones pendientes (en proceso) corres-ponden a 2 por ciento de los trámites, “los cuales son realizados por grandes contribuyentes y sólo 15 de ellos concentran aproximadamente la quinta parte del monto total de las devoluciones; seis pertenecen a la industria automotriz. Por ejemplo, en este sector industrial por cada peso que paga de impuestos se le devuelven 20 pesos; en 2020, 16 empresas pagaron de ISR 5 mil millones de pesos y se les devolvieron 100 mil millones de IVA; es decir, el fisco absorbió devoluciones por 95 mil millones para que 16 automotrices operen en México”. Las devoluciones que no se resuelven en el tiempo promedio por lo regular son solicitudes indebidas”.
De hecho, de enero a julio de 2021 se hicie-ron 79.4 por ciento más trámites de devolución que en igual periodo de 2018; 37.6 por ciento más que en 2019 y 24.4 por ciento más que en 2020. En el lapso de referencia se devolvieron 395 mil 702 millones de pesos en contribuciones tributarias. Además, “las devoluciones se ha-cen en casi la mitad del tiempo que otorga el Código Fiscal de la Federación (40 días hábiles)”.
En tanto, la autoridad fiscal detalló que “se detectaron redes de servidores públicos corruptos que apartaban las citas directamente en los sistemas SAT; se identificó a 6 personas de distintas áreas (Servicios al Contribuyente, Recaudación, Tecnologías de la Información). Todos fueron cesados, y están en investigación e inicio de los procedimientos a los que haya a lugar”.
Entonces, lo descrito es muestra fehaciente de cómo el gobierno federal “se financia a costa de la liquidez de las empresas privadas” (Coparmex dixit).
Las rebanadas del pastel
Tras veinte años de invasión, 2 billones de dólares en gasto militar y 150 mil muertes en su inventario, Estados Unidos ya tiene su segundo Vietnam. Esta vez en Afganistán. Todo para que los talibanes de nueva cuenta estén en Kabul. ¿Y el “presidente” impuesto, Ashraf Ghani? Hizo maletas y huyó.