La tentación del dinero es muy poderosa para un boxeador amateur mexicano con sueños olímpicos. Óscar Valdez, campeón mundial superpluma del CMB, resistió con devoción atlética para cumplir dos ciclos, algo poco frecuente en este país, y participar en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.
“Es muy difícil resistirse al profesionalismo cuando las cosas se complican”, comenta el actual monarca desde San Diego; “aparecen muchos vividores que te hablan al oído y te prometen todo, pero la realidad es otra y sólo se aprovechan de ti”.
Los boxeadores que dominan en Juegos Olímpicos provienen de países donde cumplen largas trayectorias en el amateur. Óscar recuerda que, debido a su inexperiencia, en su debut a los 17 años fue eliminado pronto en Pekín 2008, pero en Londres estuvo cerca de la medalla. La diferencia fue toda la actividad que tuvo entre una y otra competencia olímpica.
“En México los peleadores le batallamos mucho y buscamos cómo apoyar a nuestras familias”, comenta; “el error es que se busca el dinero antes de cumplir los sueños. Si logras algo en los Juegos Olímpicos, lo demás viene solo”.
Valdez se encuentra en un momento de plenitud en el boxeo pro-fesional. Es campeón mundial por segunda vez y trabaja con Eddy Reynoso, entrenador del Canelo, en uno de los equipos más respetados del momento, al cual, dice, está cerca de integrarse Rogelio Romero, el mexicano que recién participó en Tokio 2020. Un paso que puede ser lucrativo, pero que recomendaría retrasar un poco.
“Creo que los amateurs deben esperar más antes de hacerse profesionales, si Rogelio se espera a París 2024, tiene posibilidades de lograr algo importante”, sostiene.
El monarca apoya a jóvenes con futuro en el boxeo olímpico mexicano para que puedan cumplir sus metas.
“Si en algo podemos ayudar a jóvenes para salir a competir o con parte de su equipo, ahí estamos, porque yo sé lo que es tener ese sueño olímpico y sé lo que se necesita”, comenta.