La musicalidad de la palabra y el multiverso de las comunidades indígenas inspiraron cuatro videocápsulas que integran el Proyecto Caracol, las cuales, al conjuntar saberes ancestrales y tecnología, promueven las lenguas originarias del país, apuntó el compositor Rubén Luengas en la presentación de este trabajo, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Un colibrí que, según la tradición maya transporta pensamientos y buenos deseos; un cerro mixe en una canción ayöök; un armadillo que habita el sol en un cuadro mazateco, y la luna nocturna que sonríe blanca, son cuatro universos que, con imágenes y música, se lanzaron a la virtualidad. “Como el sol de la tarde moriste, madre. En el alba, aposento, viviste siempre”, se cita en el poema náhuatl. En otro, “duerme bebé”, dice el arrullo kumiai de Baja California, a flores dulces que son sueños.
Luengas, director de Pasatono Orquesta Mexicana, participó en los arreglos y dirección de Amo de los cerros, por lo que asistió al lanzamiento de las obras en el aula magna José Vasconcelos, donde preguntó: “¿Cómo sería la música antes de la Conquista? Poco hemos vuelto a escuchar las lenguas primarias como fuente de inspiración y formación sonora. Pudieron pasar 500 años, pero mientras las lenguas sigan vivas, ahí está la musicalidad prístina de nuestros pueblos”. En esencia, esa fue su inspiración como compositor de la nación ñuu savi de los pueblos mixtecos, en Oaxaca.
Haydeé Boetto, directora de programación artística del Cenart, detalló que con el Proyecto Caracol “frases, palabras, colores, poemas, arrullos fueron convertidos en obras musicales, escénicas o plásticas en una muestra de diversidad lingüística y mosaico cultural de nuestro país”.
Durante la presentación de la iniciativa, en colaboración con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), señaló que tiene como propósito la provocación de un diálogo entre artistas de distintas disciplinas para la creación de materiales audiovisuales cuyo eje sean las lenguas indígenas.
Durante la proyección de las obras recientes, dentro de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2021 que se realiza del 9 de agosto al 30 de septiembre, la funcionaria comentó que se convocó a músicos, pintores y diseñadores, que han trabajado con poemas, canciones, palabras, obras gráficas y musicales con el fin de crear un diálogo interdisciplinario que construya una pieza artística.
Informó que durante segunda mitad del año se convocará a otro grupo de artistas para crear cuatro nuevas producciones audiovisuales que involucren nuevas disciplinas.
Luengas, quien encabezó la grabación con la orquesta Pasatono y el cantante Noé Alcántara, celebró la “gran virtud” de los videos de detonar la creación artística no desde una visión folclorizante, sin estereotipar las formas, música, poesía y palabra indígenas, sino que se vincule a creadores de diferentes historias y culturas, que culminan en obras muy bellas, como estas cuatro producciones”.
Iván León, director de políticas lingüísticas del Inali, recordó que en nuestro país se hablan 68 lenguas indígenas nacionales, sumados al español. “Tenemos 69 formas de pensar, manifestar nuestros valores y formas de ver el mundo”.
En el trabajo que se generó –disponible en las redes sociales del Cenart y el Inali, así como en la plataforma Contigo en la Distancia de la Secretaría de Cultura federal– se puede percibir la diversidad cultural y lingüística, y se da un posicionamiento más allá de lenguas con sistemas comunicativos: que han resistido a través del tiempo y las podemos disfrutar y aprender como segundo idioma.
“Los expertos han dicho que la mitad de las lenguas del mundo se van a perder si no hacemos conciencia, si no acabamos con el racismo y la discriminación que aún se vive. Debemos cambiar de mentalidad y abonar al fortalecimiento de las lenguas”, de ahí la necesidad de políticas que promuevan la diversidad.