Ciudad de México. A pesar de ser un programa “pequeño y austero”, las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG) mantienen una creciente demanda de ingreso y reportan una de las tasas más bajas de abandono escolar, incluso durante la pandemia, afirmó Raquel Sosa Elízaga, directora general del organismo coordinador.
Sin embargo, destacó que también enfrentan múltiples desafíos, desde el rechazo de otras instituciones de educación superior, el menosprecio de sectores conservadores y “comportamientos impropios” de docentes y coordinadores académicos, con casos de hostigamiento, discriminación, autoritarismo e incapacidad para realizar trabajo colectivo.
En entrevista con La Jornada, reconoció que se registraron fallos en los mecanismos de ingreso y evaluación de los perfiles, y también “hubo personas que tomaron decisiones a la ligera o no funcionaron los mecanismos de filtro en algún momento, estamos en esa investigación. Y, por supuesto, que esto nos conduce a precisar nuestros mecanismos de evaluación e ingreso real. Estoy revisando personalmente todos los casos”.
Señaló que se han detectado irregularidades como profesores sin experiencia docente, que además se ostentaban como expertos en carreras que no tienen. “Tuvimos el caso de un profesor de estas características, y que Herman Bellinghausen denunció en el diario hace varios meses, que había hecho un convenio con otras universidades para hacer microhidroeléctricas en aguas donde viven los pueblos amuzgos”.
Los integrantes del comisariado de bienes comunales de la localidad, explicó, que nos donaron el terreno para la construir el plantel “se comunicaron conmigo para decir qué está pasando, cómo nos pueden faltar al respecto de esta manera, y nos dimos cuenta que este señor se ostentaba como representante del organismo y, además, firmó una carta de intensión para llevar a cabo esos proyectos sin consultar a nadie ni informarnos siquiera, y hoy es uno de quienes encabezan una protesta para exigir derechos laborales”.
Para nosotros, estos son casos muy graves, admitió Sosa Elízaga, quien también destacó que se han detectado casos de coordinadores académicos que han contratado a familiares como asistentes acádémicos o a personas que no cubren el perfil para desempeñar esas tareas.
También se identificó el caso de un tecnólogo que impartía clases en la carrera de enfermería, que ahora, expresó, también forma parte de las protestas, y “quien ha sido muy agresivo con la coordinadora e intentó manipular a los estudiantes, cuando es evidente que no tiene la experiencia ni el conocimiento para hacer esas tareas, y el por qué está ahí es algo que estoy en el proceso de investigación”.
Agregó que pese a estos desafíos, la UBBJG se han ido consolidando, y hoy cuenta con instalaciones para atender a 80 mil estudiantes y se avanza en el proceso de construcción de 45 sedes más, con lo cual sumarán 145 las Universidades para el Bienestar que operen en toda la República.
Llevamos tres años, indicó, en que no se nos han incrementado los recursos presupuestales, pese a lo cual “hemos podido construir los planteles y pagarle a los docentes, incluso durante toda la pandemia, estuvieran presentes o no, y les mantuvimos su retribución de tiempo completo”.