Puerto Príncipe. La Agencia de Protección Civil de Haití informó que al menos 304 personas murieron, mil 800 están heridas y hay un número no determinado de desaparecidos a causa de un sismo de magnitud 7.2 que se produjo frente a la costa de Haití, en el pueblo de Los Cayos, a las 8:30 horas.

Una tormenta tropical se acerca al área, y el empobrecido país antillano aún no se ha recuperado de otro devastador terremoto ocurrido en enero de 2010. A esto se suman los estragos de la pandemia de Covid-19 y la inestabilidad política causada por el asesinato del presidente Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio.

El primer ministro Ariel Henry indicó que está destinando todos los recursos gubernamentales disponibles para ayudar a las víctimas en las zonas donde los poblados fueron destruidos y los hospitales se encuentran rebasados por el arribo de personas heridas.

El epicentro del movimiento telúrico se ubicó a unos 125 kilómetros al oeste de la capital, Puerto Príncipe, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Protección Civil enviará más cuadrillas al área para operaciones de búsqueda y rescate. El personal del gobierno y voluntarios civiles lograron sacar de los escombros a muchos sobrevivientes y cuerpos sin vida, afirmó la agencia vía Twitter.

Entre los fallecidos en el siniestro se encuentra Gabriel Fortuné, por mucho tiempo legislador y ex alcalde de Los Cayos. Fortuné murió junto con otras personas cuando su hotel, Le Manguier, se desplomó, publicó el periódico haitiano Le Nouvelliste.

Las tareas de rescate se vieron afectadas por un deslave derivado del sismo, lo que bloqueó una vía importante que conecta los poblados afectados por el terremoto de Jeremie y Los Cayos, informó Protección Civil de Haití.

Pandillas obstruyen labores de asistencia

Los trabajadores de auxilio humanitario manifestaron que la actividad de pandillas en el distrito costero de Martissant, al oeste de la capital haitiana, también estaba complicando las labores de asistencia.

El Centro Nacional de Huracanes ha pronosticado que la tormenta tropical Grace llegará a Haití el lunes por la noche o la madrugada del martes.

Henry declaró un estado de emergencia de un mes en todo el país y señaló que algunos poblados quedaron reducidos a escombros. Agregó que el gobierno cuenta con personal en el pueblo costero de Los Cayos para coordinar las tareas más necesarias.

“Lo más importante es salvar a la mayor cantidad posible de sobrevivientes que yacen bajo los escombros”, enfatizó el primer ministro. “Nos hemos enterado de que los hospitales locales, en particular el de Los Cayos, están saturados con heridos”, reconoció.

Subrayó que la Cruz Roja Internacional y nosocomios en las zonas no afectadas ayudan en el servicio médico urgente, y exhortó a los haitianos a unirse y mostrar solidaridad.

“La necesidad es enorme. Debemos atender a los afectados en su salud, pero también proveer de alimentos, refugio temporal y apoyo sicológico”, comentó.

Más tarde, antes de abordar un avión rumbo a Los Cayos, Henry rei-teró que deseaba una “solidaridad estructurada” para evitar la confusión que reinó tras el sismo de 2010, cuando los suministros materiales se tardaron en llegar a la población después de que unas 300 mil personas perdieron la vida.

Incipiente solidaridad internacional

El presidente estadunidense Joe Biden autorizó respuesta inmediata y asignó a Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), como encargada de la coordinación de las tareas de Estados Unidos para asistir a Haití.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, expresó su sentimiento de dolor a Haití, y aseguró que la brigada médica de su nación que presta servicio en la nación caribeña apoya desde temprano “a heridos, incluso fuera de las instalaciones hospitalarias afectadas por el movimiento telúrico”. Un número creciente de países ofrecieron asistencia, aún no especificada, entre ellos Argentina y Chile, que se dijeron preparados para enviar suministros humanitarios. Se solidarizaron con Haití los gobiernos de Bolivia, Venezuela, Uruguay, Costa Rica, Perú, la vecina República Dominicana y Paraguay, entre otros.