En julio, el incremento promedio de los salarios contractuales se mantuvo por cuarto mes consecutivo por debajo de la inflación, lo que se tradujo en una pérdida del poder adquisitivo, de acuerdo con datos oficiales.
En ese mes, el aumento promedio de las revisiones salariales contractuales fue de 5.6 por ciento, que al descontar la inflación anual, se tradujo en un retroceso real de 0.19 por ciento.
La disminución observada en julio es la menos baja en los últimos cuatro meses. En abril, mayo y junio retrocedió 0.60, 1.39 y 0.93 por ciento, respectivamente.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante ese mes la inflación fue 5.81 por ciento a tasa anual, es decir, se mantuvo fuera del margen objetivo del Banco de México, el cual es 3 por ciento con un intervalo de un punto porcentual hacia arriba o hacia abajo.
En el séptimo mes se renegociaron en la jurisdicción federal 252 revisiones contractuales, cifra que se colocó como la segunda más baja en lo que va del año.
Aunque el dato correspondiente a julio fue la menor caída observada en los últimos cuatro meses, el poder adquisitivo de los trabajadores relacionados con las revisiones salariales no mostró mejoría.
En los primeros siete meses del año el incremento promedio nominal de las revisiones contractuales se ubicó en 4.8 por ciento. No obstante, el promedio real obtenido por un millón 41 mil 503 trabajadores observa una contracción de 0.22 por ciento, según datos de la STPS.
Con el resultado de julio, el periodo negativo en el incremento real es el de mayor duración en meses recientes. El más extenso ocurrió de enero de 2017 a enero de 2018, como consecuencia de la liberación de los precios de la gasolina, hechos que impactaron en la inflación y a su vez en los ingresos.
Por el contrario, de noviembre de 2018 a marzo de este año fue el periodo más extenso en que el poder adquisitivo de la población mejoró, a pesar de la crisis económica provocada por el Covid-19.
Del total de revisiones contractuales reportadas por la STPS en julio, 248 corresponden a empresas privadas, las restantes al sector público.
En la iniciativa privada, 48 mil 137 trabajadores obtuvieron un alza promedio nominal de 5.7 por ciento, que al descontar el efecto de la inflación resultó en un retroceso de 0.14 por ciento real. Pese a encontrarse en terreno negativo, el dato es la caída menos acentuada en cuatro meses.
En el sector público, 700 trabajadores lograron un alza promedio de 2.4 por ciento nominal; con el efecto de la inflación se tradujo en una disminución de 3.22 por ciento, la cifra más baja en lo que va del año.