En dos décadas de boxeo olímpico mexicano sólo se consiguió una medalla. En Tokio 2020 las expectativas de subir al podio, en realidad eran muy bajas, admite el presidente de la Federación Mexicana de la especialidad, Ricardo Contreras, no sólo por el antecedente complicado que provocó la pandemia, sino por un historial de limitaciones que deben encarar.
“México no es un país de medallistas olímpicos”, admite Contreras; “a eso debemos agregar que este ciclo fue particularmente difícil por el tema de la pandemia que interrumpió actividades, pero la principal desventaja es la poca actividad internacional de los peleadores tricolores”.
Para entender el contraste, Ricardo señala que los boxeadores de países dominantes en la disciplina acuden a cada edición olímpica con al menos 40 combates internacionales, además de que la mayoría tiene experiencia en más de un ciclo.
Cúmulo de desventajas
“Un pugilista mexicano llega a unos Juegos cuando mucho con 10 peleas internacionales en todo un periodo de cuatro años”, expone; “la diferencia ante los cubanos, estadunidenses o kazajos es enorme. ¿Qué hace falta? La respuesta es simple: fogueo internacional. Y para eso se necesita dinero. Es todo”.
El federativo considera que además de la inexistente competencia rumbo a Tokio por la pandemia, lo que sortearon Esmeralda Falcón, Brianda Tamara Cruz y Rogelio Romero fue un cúmulo de desventajas.
Joselito Velázquez, boxeador profesional que participó en los Juegos de Río 2016, coincide en la des-ventaja tan evidente ante rivales que tienen tanta experiencia.
“Hay que ir a torneos internacionales, porque sólo así se crece de nivel”, expone; “los cubanos, incluso con todos los problemas económicos que enfrenta su país, tienen gran actividad. Tan sólo antes de Tokio, vinieron a competir aquí a México”.
Joselito considera que debe identificarse qué sucede con el dinero del deporte nacional, sobre todo el asignado al boxeo olímpico.
“Debemos saber qué pasa, si el dinero se queda en Conade, las federaciones o dónde, pero que el último eslabón, el boxeador es quien lo resiente”, finaliza.