La creadora escénica Juliana Faesler explica en entrevista que para conmemorar “la triste efeméride” de los 500 años de la caída de Tenochtitlan, “tendríamos que empezar una larga conversación sobre Malitzin y verla desde la vivencia real de la mujer mexicana”, señala a propósito del proyecto Malinche/Malinches 2020/2021, que aloja el Museo Universitario del Chopo desde octubre pasado en un microportal en Internet.
La compañía La Máquina del Teatro convocó a varias mujeres para que contaran sus vidas en pequeños relatos de no más de 15 líneas, y luego con videos cortos. Con ellos se conformó una falsa biografía colectiva de la Malinche con la intención de apropiarse de la narrativa oficial y arrancarla de las manos del patriarcado.
Como artista, Faesler opina que persiste la necesidad de “abrir un espacio por el derecho a la ficción, la libertad y la realidad, por medio de la expresión libre”.
La propuesta es reimaginar esta figura femenina como personaje histórico que se teje en la vida cotidiana de las mexicanas contemporáneas de diversas culturas y grupos sociales.
Esclava, explotada, triunfadora y castigada por su éxito, son algunos de los testimonios que integraron esta narrativa sobre la indígena que compartió un momento histórico junto al conquistador Cortés.
Parte de nuestra identidad
Se usó a esta persona, que vive en el inconsciente colectivo de los mexicanos y que forma parte de nuestra identidad más profunda, de pretexto para hablar de muchas otras cosas, porque de 10 años a la fecha las luchas de la mujer se han potencializado, señala.
“Se ha vuelto muy evidente que ser mujer en el siglo XXI es un acto de resistencia”, explica. Con las historias que recibió, “empiezas a ver que Malinche es una mujer como todas: madre soltera, se gana la vida sola por sus habilidades, lucha por sí misma y por sobrevivir. Es de gran inteligencia y valentía. Vas oyendo y, claro, es una posibilidad de ser Malinche.”
Originalmente, el proyecto multidisciplinario Malinche/ Malinches se inició en 2010, como parte de La trilogía mexicana, integrada por espectáculos que propusieron un acercamiento a Nezahualcóyotl, Moctezuma y la Malinche, personajes históricos, fantasmas y símbolos que permiten reconocernos.
En octubre pasado se retomó en un momento de memoria de los 500 años de Tenochtitlan, como una forma de responder a la urgencia de abordar el tema de las violencias que se ejercen contra las mujeres, los nuevos feminismos y la pandemia de Covid-19.
La página en Internet del Museo del Chopo es el espacio idóneo para alojar videos, textos, conversatorios y “otras derivas”. El deseo, se explicó, es “reciclar lo hecho y revolverlo con las nuevas vidas, otras generaciones y otros medios de expresión”.
Actividades, lo que resta del mes
La temporada de actividades de Malinche/ Malinches culmina su ciclo este mes como parte del programa México 500 de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se programaron diversas actividades, entre ellas un juego de mesa a través de Zoom; un maratón de poesía en zapoteco, mixteco y español; la transmisión de la obra de teatro Malinche/ Malinches, el concierto Banda de no rock y la presentación de un video collage con el material de creación híbrida producido entre octubre de 2020 y 2021, así como conclusiones en vivo, que se transmitirán el 22 de agosto a las 18 horas.
“Es increíble, verdaderamente triste y trágico, que para la mujer mexicana el día a día sea un acto de sobrevivencia y una lucha por nuestros derechos.
“Es impresionante que son más importantes los monumentos históricos que conservan una historia oficial totalmente construida desde lo masculino, que la vida de las mujeres”, concluyó.
Violencia, conquista y despojo es parte de la situación del cuerpo y territorio femenino históricamente caracterizado. Malinche encarna centenares de testimonios.