A más de 200 años de independencia, el racismo y la discriminación que caracterizaron a la época de la Colonia “han permanecido en nuestra sociedad”, expresó la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Al participar en el acto conmemorativo por los 500 años de resistencia indígena, manifestó que es necesaria la memoria histórica, pues “la herida colonial de nuestra sociedad sólo podrá sanar si hablamos de ello”.
Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, manifestó que en la capital del país “se vive la rebeldía y el amor; por ello, el racismo, el clasismo, que son reminiscencias del México colonial, no tienen más futuro”.
“La Ciudad de México tiene una historia milenaria donde sus habitantes jamás han dejado de resistir y de luchar por la justicia, la libertad y la igualdad; por ello, nuestra ciudad es progresista, es centro cultural de México, es historia y es presente; es origen y continuación de todas las luchas; es futuro y es esperanza”, expresó la titular del Ejecutivo local.
En su discurso, manifestó su compromiso de defender la grandeza milenaria de la ciudad y reivindicar la resistencia para convertirla en la riqueza del presente y el futuro. “La transformación, revolución de las conciencias y reivindicación de una patria diversa, multicultural, sobre esa base se construye el bienestar respetando la diversidad”.
Frente a la maqueta monumental instalada en la explanada del Zócalo, Sheinbaum Pardo resaltó la riqueza cultural y arquitectónica de los mexicas, cuya cosmogonía aún no se alcanza a visualizar y que tuvo un vuelco hace 500 años.
Subrayó que la caída de México-Tenochtitlan y los 300 años de colonia posterior no se pueden ver únicamente desde el punto de vista de los vencedores. “Si no cuestionamos esa visión estamos condenados a seguir preservando una cultura de discriminación y la renuncia a nuestra historia como la riqueza milenaria de nuestros pueblos originarios”.
Agregó que la llamada Conquista española representó la imposición de una visión, pero también la resistencia de los pueblos, por lo que en el rescate de la memoria histórica deben ser motivo de orgullo las cosmovisiones, el sincretismo, los orígenes culturales que siguen presentes y representan el porvenir.