Ginebra. Expertos en derechos humanos que colaboran con la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidieron ayer a los países que venden o transfieren spyware y otras tecnologías de vigilancia que desistan de esa actividad hasta que se elaboren normas para su uso, a fin de garantizar que no violen derechos.
Tras las revelaciones recientes sobre el programa de espionaje Pegasus, los expertos expresaron el temor de que “se utilicen herramientas de espionaje altamente complejas para vigilar, intimidar y acallar a defensores de derechos humanos, periodistas y opositores políticos”, indicó la oficina de derechos humanos del organismo.
“Expertos de la ONU pidieron a todos los estados que impongan una moratoria global sobre la venta y transferencia de la tecnología de vigilancia hasta que se aprueben normativas estrictas que garanticen su uso en forma acorde con los estándares internacionales de derechos humanos”, dio a conocer la oficina en un comunicado.
Un consorcio global de medios reveló el mes pasado nuevas pruebas de que se ha utilizado el malware Pegasus de NSO Group, organización de hackers a sueldo con sede en Israel, para espiar a periodistas, activistas y disidentes políticos.
Los ocho expertos destacaron la “audacia extraordinaria y el desprecio por los derechos humanos” de esa vigilancia y reclamaron a NSO que revele si evaluó el impacto de esas herramientas y publique las conclusiones de sus investigaciones internas.
Según las publicaciones, esa herramienta fue adquirida por clientes de al menos 11 países, entre ellos Arabia Saudita, Azerbaiyán, Baréin, los Emiratos Árabes Unidos, Hungría, India, Kazajistán, Marruecos, México, Ruanda y Togo.