La junta de gobierno del Banco de México (BdeM) decidió este jueves, en una votación dividida, incrementar en un cuarto de punto porcentual la tasa de interés de referencia, de 4.25 a 4.50 por ciento, en una medida con la que busca contener la inflación, que ha estado fuera del objetivo por cinco meses seguidos, y ante los riesgos latentes de que siga en aumento.
“Si bien se prevé que los choques que han incidido en la inflación sean transitorios, por la diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que la han afectado, pueden implicar un riesgo para la formación de precios”, expuso el banco central. Por ello, añadió, fue necesario reforzar la postura monetaria con el alza de la tasa de referencia, a fin de evitar afectaciones en las expectativas de inflación y propiciar un ajuste ordenado de precios y la convergencia a la meta de 3 por ciento anual.
La tasa de referencia es una herramienta que usa el banco central para impulsar la actividad económica a partir de reducir el costo del financiamiento o para restringirla con el propósito de controlar un alza en la inflación, cuando la aumenta.
Por primera vez el instituto central reveló el sentido de la votación de cada miembro de la junta (lo hacía hasta las minutas, que se publican dos semanas después del anuncio): por incrementar la tasa votaron el gobernador Alejandro Díaz de León y los subgobernadores Irene Espinosa y Jonathan Heath; por mantenerla se pronunciaron los subgobernadores Galia Borja y Gerardo Esquivel.
Al explicar la segunda subida de tasa en lo que va del año, el BdeM expresó que la inflación global y las afectaciones en las cadenas de suministro han presionado la inflación general y subyacente (que no considera los precios de los productos más volátiles) del país, que registraron tasas anuales de 5.81 y 4.66 por ciento respectivamente en julio.
Las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 volvieron a aumentar, mientras que las de mediano y largo plazos se mantuvieron relativamente estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento.
En el anuncio de ayer, el BdeM presentó por primera vez pronósticos para los siguientes ocho trimestres, en los que se observa que prevé que la inflación general continúe en niveles de 5 por ciento al menos hasta el primer trimestre de 2022; mientras que regresará a la meta de 3 por ciento en los primeros tres meses de 2023, cuando se ubicará en 3.1 por ciento.
“Las actualizaciones de las trayectorias esperadas para la inflación general y subyacente son más elevadas que las publicadas en el último informe trimestral. Considerando las características de los choques que las han afectado, los mayores incrementos corresponden a los pronósticos de corto plazo”, explicó el BdeM.
Señaló que existen riesgos al alza para la inflación, principalmente relacionadas con presiones inflacionarias externas; tensiones de costos; persistencia en la inflación subyacente; depreciación cambiaria y aumentos en los precios de los agropecuarios. Sobre la economía aseguró que la recuperación de la misma continuó en el segundo trimestre y se prevé que se mantenga para el resto del año, aunque persisten riesgos por el aumento en los contagios de Covid-19.
Tras conocer la decisión, especialistas coincidieron en que era algo que ya se anticipaba, con lo que dio inició un ciclo de alzas a su tasa de referencia, el cual podría concluir en diciembre próximo en niveles de aproximadamente 5.25 por ciento.
Analistas de Intercam prevén un par de alzas más a la tasa antes de que concluya 2021, dado que los riesgos para la inflación se mantienen sesgados al alza y no espera que éstos cedan en el futuro cercano; además de que está en puerta la normalización monetaria en Estados Unidos.
En tanto, Invex advirtió que preocupa que determinados miembros de la junta (Borja y Esquivel) parezcan no alinearse al mandato constitucional de procurar el poder adquisitivo de la moneda nacional a través del combate a la inflación, dado que este fenómeno probablemente no será tan temporal como se pensó a inicios de año.