Ciudad de México. Antes de pensar en melodías, armonías o ritmos, Kiko Veneno, el músico que lleva más de 40 años mezclando flamenco con blues, pop y rock, piensa en los sonidos. De ahí parte la manera en que el andaluz compone sus canciones, es así también como surgió Hambre, su álbum más reciente.
“Lo primero que te queda de la música es una impresión sonora. Entonces he aprendido a modular todo eso para, lo que quiero expresar, hacerlo siempre por medio de una dedicación muy importante a la creación sonora, para que los sonidos realmente correspondan a los que tú quieres expresar. Y los sonidos son una búsqueda también, es tan importante buscar los sonidos como una letra”, describió el español en entrevista.
Por eso una parte de su trabajo consiste en introducir todos esos elementos de forma armónica en sus canciones. “Me preocupa mucho la creación de sonidos, para mí es muy importante que los sonidos también estén en el entorno y que estén individualizados, que no sean los mismos que utilizo luego”, explicó Kiko Veneno.
Al haber partido de la experimentación y la mezcla de géneros para crear sus canciones, el compositor no ve como algo nuevo el mestizaje musical que parece proliferar por todas partes del mundo. Incluso apunta que la base de su música, el flamenco, tiene orígenes de ese tipo. “La evolución del flamenco es una fusión de elementos andaluces, árabes; luego últimamente se contamina muchísimo de componentes norteamericanos o sudamericanos, a parte de los africanos y orientales que ha tenido siempre”, expuso el músico.
A Kiko también le preocupa que la forma actual de producir música esté dirigiéndose a la homogenización. Mientras que el músico encuentra positiva la comunicación entre colegas, también “creo que no es positivo que renunciemos a nuestras formas locales, individuales, de creación. Son estas formas locales las que tenemos que poner al servicio de una comunicación más global”, sostuvo Veneno.
“Me interesa más la diferencia, lo que la gente tenga que hacer desde su punto de vista local”, admitió el andaluz.
Para Veneno aquella tendencia de desaparecer lo heterogéneo es equivalente a lo que sucede en la naturaleza debido a la sobrexplotación humana. “Desparecen animales y también se pierde la poética, canciones, actitudes locales que nos interesa muchísimo conservar porque tienen la grandeza del espíritu humano y lo hemos dejado todo en manos de un algoritmo que nos lleva por una máquina hacia adelante”, criticó.
Para lograr conservar su esencia como músico, Kiko Veneno ha optado por ser fiel a sí mismo. “Parto siempre desde un concepto muy personal, la música para mí es lo que me pasa por la cabeza, y procuro mucho conformarme con eso, no pedir ser otra cosa, porque creo que es suficientemente original”, señaló.
“Entonces no tengo tanto interés de conocer todas la música de todo el mundo para apropiarme de ella, no. Quiero desarrollar la música con la que he crecido, los ambientes y los estímulos musicales que han sido el blues, el rock, el flamenco, la música africana, la experimental, todo eso. Dar mi versión y pasarlo por mi experiencia y por mi inspiración”, explicó el andaluz.
Aunque Veneno ha comenzado ya a presentarse otra vez en escenarios de España, todavía lamenta no poder hacerlo como antes de la pandemia. El aforo reducido, la separación de la gente y el riesgo de contagio disminuyeron mucho el trabajo de músicos de flamenco, sin embargo, Kiko también es consciente de que la gente necesita música independientemente del formato.
“Son tiempos malos, tiempos de crisis en los que se replantean tantísimas cosas, como en la pandemia, y entonces ves que ahí dentro de tu humildad y tu confinamiento, tienes la oportunidad de seguir creando, de hacer música, de poder ayudar a la gente a llevar esto adelante. Así que han sido momentos realmente bonitos, interesantes; a parte de tiempos trágicos también, como la epidemia, por fallecimientos de personas, y porque ha sido muy cruel”, señaló el músico.
Su actual disco Hambre es, en parte, resultado de la crisis sanitaria. Tras lanzar Sombrero roto, su anterior álbum, Veneno se quedó con varias canciones que no pudo terminar, así que pasó el tiempo tratando de hacer llegar esos temas a su sitio. Mientras trabajaba en eso, comenzó el confinamiento, y al ver cómo se iba prolongando, tomó la decisión de aprovechar su tiempo para ampliar su trabajo e incluir nuevas composiciones como Hambre y Días raros, surgidas de esta etapa.
Además de Hambre, Kiko Veneno colaboró recientemente con C. Tangana, el fenómeno viral que ha reunido en un exitoso álbum a figuras como las de Andrés Calamaro, Jorge Drexler y José Feliciano, entre varios otros. El músico de flamenco aseguró sentirse alegre por ser considerado por el rapero como parte de “esos patrones clásicos”. También le gustaría aprovechar esa oportunidad para traer su música a Latinoamérica.