Lima. El primer encuentro entre el mandatario peruano Pedro Castillo y la presidenta del Congreso opositor, María Alva, finalizó el jueves ante las cámaras de televisión con un rápido saludo de codos luego que Castillo quiso estrecharle la mano sin lograrlo.
La cita se produjo días antes que venza el plazo para que el gabinete ministerial se presente ante el Parlamento opositor para recibir la aprobación o rechazo de los legisladores, varios de los cuáles piden cambiar algunos secretarios, incluido el primer ministro Guido Bellido.
Al finalizar la reunión no hubo declaraciones. La oficina de prensa de la presidencia dijo en un comunicado que en la cita se habló sobre “la reactivación económica, la lucha contra la pandemia del Covid-19 y la relevancia de velar y anteponer los intereses del país, en beneficio de la población”.
Más tarde, Alva indicó en una sesión legislativa que Castillo solicitó que el Parlamento otorgue al partido oficialista Perú Libre “la presidencia de la comisión de educación tomando en cuenta la cantidad de profesores que integran” esa bancada legislativa. Añadió que evaluarán ese pedido.
Pese a que el oficialismo constituye la bancada más numerosa del Parlamento, con 37 miembros, la oposición ganó las comisiones claves. El Congreso unicameral peruano tiene 130 curules.
La oposición tiene 16 comisiones importantes, entre ellas las de Presupuesto, Energía y Minas, Relaciones Exteriores, Fiscalización y Constitución que podrían frenar las principales iniciativas del Ejecutivo. El oficialismo tiene apenas siete comisiones, básicamente ligadas a temas sociales.
Los roces entre los dos poderes empezaron cuando Castillo juramentó como primer ministro a Guido Bellido, un ingeniero de 42 años, caracterizado por haber usado frases homofóbicas y machistas en sus redes sociales. Bellido también está bajo investigación por un presunto lavado de activos para financiar la campaña electoral y por supuestamente elogiar al grupo terrorista Sendero Luminoso.
No obstante, también es la primera vez que en Perú se nombra a un jefe de gabinete cuya lengua materna es el quechua, idioma de los Incas, que se habla en los Andes y que no ha sido hablado por la mayoría de las más importantes autoridades del país en 200 años.
Bellido ha mostrado su domino de este idioma de Perú para convencer a manifestantes que hablan quechua en los Andes y lograr una tregua por 60 días en una protesta contra la mina Las Bambas, una de las mayores inversiones mineras chinas en Latinoamérica. Representantes de las principales empresas mineras y petroleras chinas se reunieron días antes de esa suspensión con Bellido.
El lunes Alva dijo en un comunicado que existía una preocupación “generalizada” entre la oposición del Congreso para que Castillo evalúe “la necesidad de los cambios sugeridos públicamente por diversos congresistas y podamos viabilizar la confianza al Gabinete por el bien de nuestro país”.
Además de Bellido, los opositores piden cambiar a los ministros de Defensa, Minería, Ambiente, Trabajo y Transportes, básicamente por falta de experiencia. Otro cambio que busca la oposición es la del canciller Héctor Béjar, un veterano profesor de sociología admirador de Fidel Castro y que formó parte de una guerrilla peruana de la década de 1960 que fue vencida por los uniformados.
Horas después de la cita entre el mandatario y la presidenta del Congreso, el Legislativo aprobó por 68 votos a favor la conformación de una comisión que investigará si el presidente Castillo cometió un delito al despachar los primeros cinco días de su gestión desde la casa donde vive. En Perú por una ley de transparencia un mandatario tiene la obligación de hacer públicas sus reuniones.
Castillo dijo cuando inició su gobierno, el 28 de julio, que no usaría el Palacio presidencial como su centro de trabajo y que convertirá a la construcción de estilo neoclásico en museo, pero luego de recibir críticas por no mostrar con quién se reunía en la casa donde vive, ha decidido despachar temporalmente desde la casa presidencial.
Los ministros tienen plazo hasta fines de agosto para presentarse ante el Parlamento, de 130 integrantes, para recibir la aprobación o rechazo de los legisladores. Si no consiguen al menos 66 votos, deben renunciar todos los ministros. El partido oficialista sólo cuenta con 37 votos.
A 16 días de iniciada su gestión, Castillo tiene entre 39 por ciento y 40 por ciento de aprobación de acuerdo a dos encuestas nacionales publicadas durante la semana por las firmas Datum y CPI, respectivamente. El mandato de Castillo está programado para finalizar en 2026.