Washington. Los aumentos de precios al consumidor en Estados Unidos se desaceleraron en julio, pero la inflación en general se mantuvo históricamente alta por los altos precios de la gasolina, ante lo cual la Casa Blanca pidió a los productores internacionales de petróleo un esfuerzo para aumentar la oferta.
El índice de precios al consumidor (IPC) subió 0.5 por ciento en julio respecto a junio, un aumento menor que el de junio respecto a mayo (0.9 por ciento), la tasa más baja desde febrero y en línea con las expectativas de los analistas, informó este miércoles el Departamento de Trabajo. En un año, la inflación se mantuvo estable en 5.4 por ciento, como en junio, una señal tranquilizadora frente a los temores de un aumento sostenido de los precios al consumo.
Excluyendo los precios volátiles de combustibles y alimentos, la inflación subyacente aumentó 4.3 por ciento en el año, igual que en junio, la tasa más alta desde 1991.
Los precios de la energía colapsaron el año pasado, cuando las restricciones contra la expansión del Covid-19 obligaron a cerrar empresas y reducir transportes, pero a medida que la economía se ha reactivado, los precios de la gasolina se dispararon. El mes pasado subieron 2.4 por ciento en comparación con junio y crecieron 41.8 por ciento en comparación con julio de 2020, según el informe.
La inflación creciente ha sido el talón de Aquiles de la recuperación económica, al borrar buena parte de los aumentos salariales. Los precios del energético se han convertido en una responsabilidad política para el presidente demócrata Joe Biden.
Piden aumentar la producción de crudo
La Casa Blanca pidió a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (Opep+) que aumenten la producción, en un esfuerzo por combatir la subida de los precios de la gasolina, que consideran una amenaza para la recuperación económica mundial.
“El aumento de los costos de combustible, si no se controla, podría socavar la recuperación mundial en curso”, afirmó Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, y consideró un aumento insuficiente de la producción mientras las economías se recuperan de la pandemia mundial del Covid-19.
En abril de 2020, en medio de la pandemia y ante el desplome de los precios del petróleo, la Opep+ se comprometió a retirar 9.7 millones de barriles diarios del mercado y a reintroducirlos gradualmente a finales de abril de 2022.