Un 70 por ciento de las niñas, niños y adolescentes sí quieren regresar a clases presenciales, por lo que es necesario centrar la discusión en cómo se abrirán las escuelas de manera segura, afirmó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández.
Destacó que las mayores preocupaciones de los pequeños son que las personas que estén dentro de los planteles no porten cubrebocas, que ellos mismos se enfermen de Covid-19, vuelvan a cerrar sus centros escolares y no puedan juntarse o abrazar a sus amigos
Agregó que las personas responsables de su crianza expresaron, en igual porcentaje, que les genera mucha ansiedad, miedo y preocupación el comienzo del próximo ciclo escolar, mientras el personal docente siente incertidumbre por la falta de certeza en cuanto a la logística, protocolos y modalidades que determinen las autoridades.
En la presentación del reporte nacional de la consulta denominada #CaminitodelaEscuela, la ombudsperson alertó que “se está al borde de una catástrofe no sólo educativa, sino generacional, por los impactos sicosociales por el cierre de escuelas”, que lleva 49 semanas laborales.
Este tiempo representa la mayor cifra comparada con otros países a escala mundial, “cuando hay mucha evidencia que sugiere que pueden abrirse de manera segura, por lo que es necesario centrar la atención y discusión en cómo hacerlo, no en si se van a abrir las aulas”.
Señaló que es menos riesgoso estar en la escuela que en otros espacios comunitarios y, aun así, se ha privilegiado la apertura de lugares de esparcimiento para adultos por encima de las aulas, sin razón alguna y con un directo impacto en el bienestar infantil.
Con el ejercicio realizado en julio en el que participaron 37 mil 764 niños de todo el país y se recibieron 267 dibujos de representantes de la primera infancia, busca posicionar sus opiniones sobre algo que les afecta directamente.
Dijo que se trata de la primera de 36 presentaciones de la consulta infantil: 19 estatales y 16 por cada alcaldía, donde se identificó una caída en la matrícula de hasta 9.5 por ciento respecto al ciclo 2018-2019, mientras la ausencia en las aulas se manifiesta conforme avanza el nivel educativo.
Mencionó que el regreso a clases “en sí mismo es una medida para contener la deserción escolar, y a los adultos les toca decidir qué vamos a hacer, pero deben escuchar y tomar en cuenta a quienes les afecta en mayor medida la ausencia en los salones: los niños”.