En todos los integrantes del partido Movimiento Ciudadano debe haber una verdadera felicidad porque desde ayer ya tienen, con toda seguridad, un candidato a la Presidencia de la República: Ricardo Monreal.
Esto porque después de la filípica que propició el Presidente de la República a los senadores o, mejor dicho, y sin tapujos, a Ricardo Monreal, la cabeza de los integrantes de esa Cámara, se podría decir que el zacatecano ya no tiene lugar en Morena.
Andrés Manuel López Obrador afirmó en su mañanera que hay una “actitud deliberada” por parte de los senadores, a quienes calificó de antidemócratas por impedir que la consulta sobre revocación de mandato se lleve a efecto porque aún no se ha reglamentado la ley que le da paso.
Quienes leen entre líneas miraron en ese discurso el rompimiento, ahora público, con Monreal, que según el mismo ex delegado en Cuauhtémoc pretendía ser parte del grupo de personajes a los que ha nombrado el mandatario como posibles aspirantes a la candidatura por Morena a la Presidencia de la República. Es más, cuando eso sucedió el senador buscó a los medios de comunicación para decirles que él debería estar en esa lista y que él sí quiere competir por Morena, cosa que al parecer ya no sucederá.
Pero ¡cuidado!, El senador por Morena sabe manejar el engaño como pocos y por eso, después de tratar de colarse al grupo de los precandidatos, criticó que se adelanten los tiempos políticos y luego, cuando el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, le reclamó, al principio de este mes, que excluyera de los trabajos del periodo extraordinario de sesiones del Congreso el desafuero de un par de diputados acusados de delitos graves, el zacatecano contestó, con la soberbia que lo caracteriza, que no aceptaba el reclamo, exigió respeto a Encinas –por haberle llamado la atención sobre el trabajo que no hacía– y buscó quitarse el golpe con un “son tiempos del Congreso”. Ahora ha enmudecido.
Pero Monreal sabe, lo tiene claro, que no le alcanza para ir por una candidatura a la Presidencia de la República, con una mínima posibilidad de triunfo, pero ha manejado la opción para tratar de dar valor a su figura política. No obstante, está fuera –cuando menos de la lista en Morena–, pero sus intenciones son otras: meterse a la Ciudad de México.
Desde hace rato ha tratado de gobernar la capital del país, pero no ha logrado ganar la confianza, primero de su partido y luego de la gente que ve en él, como ya lo hemos dicho, al Chucho de Morena.
Monreal va por la Ciudad de México sin Morena, por eso en el partido Movimiento Ciudadano, propiedad de Dante Delgado, se habla de tener listo al candidato a la Presidencia de la República con la mira puesta en la capital de nuestro país, el verdadero plan de Ricardo Monreal, con una sola salvedad: él pensaba competir por Morena. Lástima.
De pasadita
Al fin el líder de los tres marranitos –Mauricio Toledo, el fallecido Leonel Luna y el panista Jorge Romero– perdió el fuero y será buscado por todos los rincones del planeta para que pague, en caso de que se prueben las acusaciones en su contra, los agravios cometidos contra los habitantes de esta ciudad.
Todo el mundo sabía de sus manejos desde que fungía como delegado en Coyoacán, pero también como diputado local, hasta que como legislador fue atrapado por la ley.
Toledo huyó, como lo hacen los culpables, tras muchos intentos de hacer justicia en su contra. El desafuero tardó lo suficiente para que usara su inmunidad y escapara. Toledo está en Chile y con ese país hay tratados de extradición. ¿Cuánto tardará en ser capturado? Tal vez lo que le dure el contenido de lo que lleva en el morral, no más.