El proyecto emergente de enseñanza remota (PEER) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) “ha dado certidumbre al alumnado para continuar con su formación, pero el gran pendiente son los cursos de naturaleza práctica que integran actividades de laboratorio, talleres y la investigación de campo”, de acuerdo con la Comisión de Diagnóstico y Estrategia para la Docencia del Colegio Académico de esa casa de estudios.
En un informe, refirió que según lo analizado en los trimestres 20-I, 20-P y 20-0, correspondientes a 2020 y principios de 2021, a pesar de la presencia creciente de agotamiento y estrés, los indicadores de comportamiento escolar sugieren que sigue existiendo el compromiso del alumnado por continuar con su formación. “Las inscripciones en cursos a nivel licenciatura han ido aumentando lo mismo que el número de aprobaciones.”
No obstante, se destacó que ha habido un incremento de alumnos que han dado de baja más de tres unidades de enseñanza y aprendizaje, así como aquellos que han optado por tramitar su baja definitiva de la universidad.
En el informe la comisión también indicó que el desafío más importante en el contexto de la emergencia sanitaria por Covid-19 se refiere a la salud social, física y mental de la comunidad. Otro elemento relevante, añadió, ha sido la advertencia del agotamiento que padecen los universitarios. “Tanto alumnas, alumnos y académicos refieren a la carga e intensidad de labores académicas, lo cual ha provocado nuevos padecimientos físicos, sobre todo”, cansancio mental.
Además, continuó, los confinamientos y las situaciones de desempleo o pérdida de familiares “han cambiado la situación de miembros de la comunidad. Esto ha derivado en una afectación sicoemocional” porque altera su bienestar subjetivo.
La comisión expuso que en lo administrativo, el principal desafío es construir un sistema de comunicación eficaz con la comunidad y en particular con el alumnado.