Brasilia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó ayer un inédito desfile militar frente a la sede de la presidencia y el Congreso en Brasilia, horas antes de que la Cámara de Diputados rechazara la iniciativa de enmienda constitucional del voto impreso, proyecto clave del mandatario para, supuestamente, evitar fraudes electorales. La reforma fue rechazada con 229 votos en contra por 218 a favor.
Horas después, el Senado derogó la ley de seguridad nacional, promulgada en 1983 bajo la dictadura militar (1964-1985), que tipifica los delitos contra la democracia, y que hace poco fue usada contra críticos al mandatario.
Junto a los comandantes del ejército, la marina, la aeronáutica y algunos ministros, Bolsonaro observó el convoy de vehículos militares desde lo alto de la rampa del Palacio de Planalto, con vista al Congreso y la Corte Suprema.
La marina informó en un comunicado que el desfile estaba planeado desde mucho antes de la votación en la Cámara de Diputados con la justificación, no usual, de entregar al presidente la invitación para que asista el domingo a las maniobras militares navales celebradas cada año, desde 1988, en la ciudad de Formosa, cerca de Brasilia.
Un oficial de la marina con equipo de combate subió una rampa para entregar la invitación. Durante el desfile, que duró unos 10 minutos, decenas de partidarios del gobierno se concentraron frente a la presidencia, algunos portando pancartas pidiendo una intervención militar para “salvar a Brasil”.
El desfile fue anunciado apenas antier y los detractores dijeron que parecía un intento de intimidar a la oposición por un presidente que elogia con frecuencia las dictaduras del pasado. La demostración del músculo militar junto al mandatario inquietó a los brasileños, más a quienes vivieron bajo la última dictadura.
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva calificó de patético el desfile. “Creo que ni (José) Sarney, ni Fernando Henrique Cardoso, ni yo, ni Dilma (Rousseff), ni (Michel) Temer, hemos necesitado nunca esto. El tipo según quiere entregar una invitación, pues que se suba a un avión, que se baje en Brasilia, que vaya al gabinete y la entregue”, declaró Lula a la radio ABC de Porto Alegre.
Lula, favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales del próximo año, denunció que “esta es la forma de Bolsonaro de decir que es el presidente de este país”.
“Bolsonaro imagina que esto es una demostración de fuerza, pero de hecho es de debilidad, de un presidente acorralado por investigaciones de corrupción”, sostuvo el presidente de la comisión de investigación sobre la gestión de la pandemia, Omar Aziz, quien también catalagó de “patético” lo ocurrido.
Para Arthur Lira, presidente de la cámara baja, se trató de una “trágica coincidencia”, aunque aclaró que no aceptó una invitación para asistir al ejercicio de las fuerzas armadas.
La Cámara de Diputados votó anoche contra una reforma constitucional propuesta por Bolsonaro que pedía que las urnas electrónicas, sistema vigente desde 1996, impriman un recibo de cada voto para 2022 con la finalidad de que éstos puedan contarse de manera manual.
Bolsonaro buscaba la reforma tras asegurar, sin pruebas, que hubo fraude en las dos últimas elecciones presidenciales.
El mandatario brasileño ha amenazado con no aceptar los resultados de los comicios presidenciales del año próximo, que según las encuestas perdería ante Lula, en lo que analistas consideran que prepara el escenario para conflictos similares a los provocados por el presidente estadunidense Donald Trump con sus denuncias infundadas de fraude en Estados Unidos.