Kunduz. Los talibanes se apoderaron ayer de otras dos ciudades de Afganistán, Farah y Pul-e Khumri, con lo que suman ocho capitales provinciales capturadas en cinco días, mientras refuerzan su control en el norte del país, donde los civiles huyen en masa ante su imparable avance.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) documentó al menos 183 civiles muertos y mil 181 heridos en los combates en Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz. Los insurgentes se aproximan a Mazar-i-Sharif, la mayor ciudad del norte, de donde huyen miles de personas.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó ayer que el presidente Joe Biden “sigue creyendo que no es inevitable que los talibanes tomen por completo el control de Kabul o del país”.
Poco después, el gobernante estadunidense declaró que no lamenta su decisión de retirar a su ejército de Afganistán. La ofensiva del talibán comenzó a raíz de la salida de las tropas del Pentágono, que concluirá el día 31.
Biden agregó que Estados Unidos ha gastado mil millones de dólares para entrenar a más de 300 mil elementos de seguridad afganos y resaltó que se sigue brindando apoyo a la fuerza aérea de aquel país.
El conflicto en Afganistán podría desplazar a medio millón de personas que buscarán refugio en los países vecinos, impactando a los flujos migratorios, advirtió la Comisión de la Unión Europea. Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, Holanda y Austria afirmaron que las expulsiones de migrantes afganos deben mantenerse, pese al llamado del ejecutivo afgano a suspenderlas.
“No porque las regiones de un país son peligrosas cada ciudadano de este país tiene automáticamente derecho a una protección”, tuiteó Sammy Mahdi, secretario de Estado de Asilo y Migración de Bélgica.