París. Lionel Messi ya está en París y es jugador del PSG. La superestrella argentina aterrizó el martes por la tarde en la capital francesa, para terminar con la historia de suspenso futbolera, y una multitud de aficionados esperaron a la salida del aeropuerto para darle un recibimiento a la altura de un astro, que ahora deberá llevar al club a una nueva dimensión, tanto económica como deportiva.
Si Messi cargó sobre sus hombros el prestigio y éxito del conjunto azulgrana, ahora se espera haga lo mismo con el cuadro galo, que lo firmó hasta 2023, con un año más opcional. El anuncio oficial de su llegada, ya con la noche sobre la Ciudad Luz, fue el epílogo a un día histórico para su nuevo club, París Saint-Germain.
“Estoy emocionado de comenzar una nueva etapa de mi carrera en el PSG”, dijo Messi. “El club y su visión están en perfecta armonía con mis ambiciones. Sé lo talentoso que es el equipo. Estoy decidido a construir junto a ellos algo grande para la institución y la afición y ya deseo salir al campo del Parque de los Príncipes”, agregó el rosarino.
No se dieron cifras salariales, pero diversas fuentes locales aseguran que el jugador ganará por año alrededor de 40 millones de euros (casi 47 millones de dólares); otros indican que el sueldo por temporada será de 36.5 millones de euros (casi 43 millones de dólares).
Tridente de lujo
Poco antes de hacerlo oficial, el PSG publicó en sus redes sociales un breve video con referencias a la carre-ra del delantero, como sus seis Balones de Oro, y la bandera de Argentina entre las camisetas de Neymar y Kylian Mbappé, para integrar el tridente ofensivo de lujo. Ese detalle no es gratuito, ya que el francés está en pleno proceso de negociaciones para prolongar su contrato.
Resulta simbólico que Messi no usará el número 10 en la espalda, sino el 30. El mismo que llevó en los dorsales durante sus primeras dos temporadas con el Barcelona, antes de emplear el 19 y luego el 10, que Neymar ocupa actualmente con el club parisino.
La llegada del argentino a Francia desató la locura entre miles de aficionados eufóricos. Fue tal el fervor por el arribo de Messi que la policía empujaba con fuerza para evitar que las barreras metálicas cayeran ante la presión de los espectadores que se acercaron al aeropuerto en busca de mirar de cerca al futbolista.
La incredulidad por fichar a uno de los más grandes jugadores de la historia se fue transformando en entusiasmo. Muchas personas se reunieron más tarde en las proximidades del estadio para mirar a Messi, quien los saludó brevemente y a lo lejos antes de someterse a una revisión médica.
Los seguidores del PSG han atestiguado la transformación de su club durante la reciente década, tras la inyección de inversiones de un fondo soberano de Qatar, vinculado con el emir.
Una vez que expiró el contrato de Messi con el Barcelona, que no pudo costear la permanencia del astro, PSG quedó como uno de los pocos clubes capaces de financiar un convenio colosal para hacerse de los servicios del jugador.
Mientras que el club galo tuvo que pagar 222 millones de euros para adquirir a Neymar (entonces 261 millones de dólares) proveniente del Barcelona en 2017, esta vez no hubo pago por el traspaso de Messi, ya que era agente libre después de que su contrato con el equipo catalán había expirado.
Los azulgranas confiaban en retener a Messi, quien aceptó una reducción de sueldo, pero aun así no habría cumplido con las normas financieras de la liga española, que impuso límites salariales a la organización. “Será difícil verlo con otra camiseta que no sea la del Barça, pero a veces se dan estas circunstancias”, admitió su antiguo compañero Andrés Iniesta.
Cuando el clan del argentino se disponía a despegar de Barcelona, el retrato gigante de La Pulga era descolgado de la fachada del Camp Nou, estadio en que Messi forjó su leyenda. Mientras, en el Parque de los Príncipes varios trabajadores limpiaban y colocaban una alfombra roja en la entrada VIP del estadio.
Ahora el PSG tiene esperanzas de que Messi no sólo ayude al equipo a recuperar el título de la liga francesa que perdió la temporada pasada ante Lille, sino también la elusiva Liga de Campeones.
Si el Real Madrid tuvo hace dos décadas a sus “galácticos”, algunos entusiastas ya adelantan que viene una época dorada para la versión de los franceses.