Ciudad de México. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) registró otra jornada turbulenta en medio de su crisis. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de congelar el recurso de José Luis Vargas sobre la vida interna y la petición que hizo para esclarecer quién encabezaba el órgano precipitó sendas renuncias: Reyes Rodríguez –designado apenas el miércoles pasado– dimitió en aras de alcanzar consensos en la elección y Vargas renunció ante la imposibilidad de generar esos consensos, a condición de restituir, dijo, la legalidad en la designación del nuevo presidente.
Entrampados en la ruta para superar la coyuntura, ambas renuncias pretendían allanar la polarización que aún prevalecía en la reunión que por horas sostuvieron los magistrados para encontrar una salida institucional. Analizaban dos alternativas principales: la designación del nuevo presidente que surgiría de entre los cinco inconformes con Vargas –incluido el propio Rodríguez– o la designación de un magistrado para cubrir un interinato que podría durar entre una semana y un mes.
En una carta abierta difundida poco antes del encuentro, Rodríguez detalló las razones de su sorpresiva dimisión: “Un órgano colegiado debe cuidar siempre que en sus decisiones participen todos sus integrantes, es una regla clave de la democracia que los procesos legitiman el resultado (…) La presidencia tiene que nacer del amplio consenso de quienes integran al tribunal y de un proceso que incluya las voces de todos los magistrados que integran el pleno”.
Frente a esto se especuló enseguida que su salida sería en realidad para legitimar una nueva elección por parte de todos los magistrados.
Rodríguez –quien al mediodía encabezó su primer acto público– no sólo explicó su renuncia, sino que planteó alternativas para la recomposición institucional del TEPJF mediante el debate y “una comisión de reconstrucción institucional que tenga como objetivo una revisión de los procesos y la emisión de reglas claras respecto del gobierno interno del tribunal que fortalezca las reglas de la colegialidad y sobre todo que contribuya a fortalecer la independencia judicial”.
Más tarde, Vargas difundió el escrito de renuncia que entregó en la reunión: “Reconozco que mi presidencia no ha logrado generar los consensos necesarios al interior de este pleno. En concordancia con mis principios y convicciones he decidido ceder el paso para que asuma la Presidencia quien –entre mis pares– cuente con las cualidades para impulsar los acuerdos y la unión que actualmente requiere esta institución. A quien resulte designado con esta trascendental responsabilidad, le expreso mi respaldo y disposición para construir en favor de la institución”.
Tras denunciar indebidas presiones de actores políticos que pretendían acotar la autonomía del TEPJF, Vargas condicionó su salida, “que debe hacerse a través del procedimiento establecido en la ley. En consecuencia, al no haber una ausencia definitiva de la presidencia, en funciones, ésta se mantiene. Así la única vía posible es presentar mi renuncia al cargo de presidente del TEPJF y dejar al pleno de este órgano la decisión de quién debe sustituirme en dicho cargo. De esta manera la designación de la nueva presidencia será apegada a derecho, contará con la participación de todos los integrantes”.
Encuentro sin soluciones
La incertidumbre del desenlace prevalecía al cierre de la edición, sobre la premisa de que una vez más Janine Otálora, como magistrada decana, encabezaría temporalmente al tribunal para recomponer el camino legal. Los magistrados se enfrascaron en una reunión privada para disipar enconos y encontrar una salida.
Muy temprano, en la SCJN se conoció el resolutivo sobre la petición de Vargas para que ese órgano se pronunciara en torno a la crisis: fue congelado por el ministro presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Se solicitó al TEPJF aclarar quién tenía la representación jurídica. Vargas pidió que la Corte definiera “si se actualizó la vulneración de la autonomía e independencia del cargo de presidente del TEPJF por la remoción y designación del cargo de presidente (…) realizada por cinco magistrados”.
La respuesta se difundió al mismo tiempo en que Vargas se reunía con Zaldívar para buscar una solución al asunto sin que se haya logrado ningún acuerdo. A su llegada a la SCJN, el magistrado dijo que buscaba platicar con Zaldívar sobre la “crisis constitucional” que vive el tribunal electoral.
Sobre la reunión, Zaldívar informó en Twitter: “Recibí al magistrado José Luis Vargas, a quien le reconozco su disposición para lograr una salida a la situación que está viviendo el TEPJF. Estoy seguro de que en breve estará superada esta crisis institucional. Agradezco a las y los magistrados su confianza”.