París. Francia desenrolló la alfombra roja para recibir a la bandera olímpica el lunes. Anfitrión de los Juegos Olímpicos 2024 prometió abrir el espectáculo deportivo a las masas tras la justa en Tokio, que se vio afectada por la pandemia y tuvo que celebrarse a puerta cerrada.
La alcaldesa de París, Anne Hidal-go, ondeó la bandera que le fue entregada en Japón al bajar del avión que trajo de vuelta a casa a algunos de los últimos atletas franceses.
Los Juegos de 2024 serán “algo muy positivo para nuestro país. Llegan en un buen momento”, dijo Hidalgo a la prensa. París aprendió muchas lecciones de la experien-cia nipona.
Retrasados un año y con estrictas medidas por el Covid-19 mientras en el mundo surgían nuevas variantes contagiosas, Tokio 2020 se quedó lejos del éxito y la ganancia financiera que se esperaba.
En la ceremonia de entrega del domingo, París buscó cambiar el tono. Varios miles de aficionados al deporte abarrotaron una zona a la sombra de la Torre Eiffel, gritando y vitoreando mientras medallistas en Tokio saltaban al escenario al compás de un rock estridente.
Acercar los Olímpicos a la gente planteará desafíos de seguridad en un país que ha sufrido varios ataques a manos de militantes islamistas en los últimos años, con más de 250 muertos.
En un guiño para romper con un antiguo formato de televisión, los organizadores de los juegos de París 2024 trabajaron el año pasado con miras a llevar la ceremonia de apertura del Estadio Olímpico al corazón de París.
Pero si acaso el Covid sigue arruinando los planes trazados escrupulosamente, Tokio habrá servido de modelo sobre cómo llevar a cabo la justa veraniega pese a un alza de contagios.
El virus limitó los Juegos a su ingrediente más elemental: las competencias. Sin espectadores. Sin fiestas por toda la ciudad. Muy pocas oportunidades de socialización entre deportistas y sus anfitriones. Las autoridades de París observaron muy de cerca y afirmaron que si bien esperan lo mejor, también harán planes para el peor escenario.
El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, dio las gracias a la gente por ayudar a que el país celebrara la magna justa de forma segura pese a las dificultades de la pandemia.
“Creo que hemos sido capaces de cumplir nuestra responsabilidad como país anfitrión”, manifestó un día después de la clausura del certamen y a pocos días del inicio de los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Un 32 por ciento de los japoneses piensan que las autoridades cumplieron su promesa de celebrar unos “juegos seguros”, frente a 54 por ciento que sostiene la opinión contraria, según una encuesta realizada para el diario Asahi.