Tras su participación en Tokio 2020, el tirador José Luis Sánchez regresó hace unos días a México en silencio. No volvió con medallas ni diplomas, pero sentía el alivio de quien cumplió con un encargo importante tras mucha espera. En la prueba de rifle 50 metros en tres posiciones, culminó en el puesto 33 de 39 tras un proceso olímpico por demás complicado y lleno de dificultades.
Cuando explica su caso no busca excusas, todos los competidores fueron alcanzados por la bala de la pandemia en distinta medida. Para Sánchez, medallista en Juegos Panamericanos y Centroamerica-nos, fue un recorrido lleno de incertidumbre e improvisación para mantenerse en nivel competitivo.
“No es un pretexto”, asegura, “fue muy difícil llegar a Tokio. Tuve muchas complicaciones con la pandemia; después de Panamericanos se cerró todo, no tuve competencias. Aun así estoy contento porque cumplí con mi participación e hice mi mejor esfuerzo”.
Durante 2020, durante la parálisis por la pandemia, José Luis tuvo que encontrar solución al cierre de instalaciones para entrenamiento. En la sala de su casa, sobre una alfombra, improvisó un campo de tiro. A veces con un simulador electrónico, otras, con el esfuerzo de la imaginación en una hipotética competencia.
“Trabajamos mucho en casa, pero no es lo mismo imaginar un disparo, en seco, sin tirar de verdad”, admite; “pasaba horas practicando posiciones, simulando los cuarenta tiros de competencia y los veinte de ensayo, pero no se puede hacer el trabajo de precisión, de corregir resultados cuando no estás disparando en realidad. No hay distancia ni dianas, no hay diez disparos seguidos para ver si lo estás haciendo bien. Todo es imaginario, sólo tratando de simular un disparo”.
José Luis tiene ilusión de volver a unos Juegos. No participaba desde Pekín 2008 y tiene la mira puesta en París 2024. “Voy a pensarlo, pero quiero volver en otras condiciones. Empiezo a trabajar en un nuevo ciclo”, finaliza.