París. El tsunami que provocó la salida de Lionel Messi del Barcelona ya tiene efectos en distintos ámbitos. Aunque el argentino en la emotiva conferencia del domingo reconoció que el París Saint Germain sólo era una posibilidad entre varias, los aficionados parisinos ya lo esperan con nerviosismo en la capital francesa. Después de despedirse del Barça el domingo, la superestrella mantuvo el suspenso sobre su llegada al conjunto galo, su muy probable nuevo club.
En París, decenas de aficionados lo esperaron buena parte del día en el aeropuerto de Bourget y a la entrada del Parque de los Príncipes. Pero en la tarde, el futbolista todavía estaba en su casa, en Cataluña, con su amigo Luis Suárez y su familia, constataron periodistas.
Desde el inesperado anuncio de la marcha del argentino de su club de siempre, el jueves, el planeta futbol contiene la respiración y escruta el menor movimiento del jugador de 34 años.
El PSG es el club que tiene más opciones de firmarlo. El domingo en su rueda de prensa en Barcelona el propio jugador reconoció que era “una posibilidad”, pero nada firme aún. Cada minuto, sin embargo, cambia el curso de su desti-no profesional.
“Sólo parece ser cuestión de horas”, señaló el lunes el diario L'Equipe, que asegura que “entramos en los días más increíbles de la historia del campeonato francés”. Pero Leo es quien marca los tiempos y es impermeable a la impaciencia de los seguidores o a la loca actividad en las redes sociales, donde no paran de circular rumores contradictorios sobre su llegada a la capital gala.
El PSG no podía dejar escapar la oportunidad ante la búsqueda perpetua de sus ricos propietarios por superestrellas que desarrollen su marca. A raíz del anuncio de la salida de Messi el jueves, el PSG no tardó en contactar con el entorno del jugador.
El club galo le ofrece un salario anual neto en torno a los 40 millones de euros (47 millones de dólares), según la prensa francesa, situándolo por encima de Neymar (36 millones de euros; 42 millones de dólares). La duración del contrato sería de dos años, con opción a un tercero.
El músculo financiero de Qatar Sports Investments (QSI), que llevan las riendas del club parisino, y el relajamiento de las normas de fair play financiero de la UEFA hicieron posible una operación que pocos concebían apenas dos me-ses atrás.
El París Saint Germain ha preparado el terreno para este big bang capaz de llevarlo a otra dimensión, tanto deportiva como económica. Con el ganador de seis Balones de Oro, junto a Neymar y Kylian Mbappé, la escuadra parisina se convierte en la gran favorita para conquistar la Liga de Campeones, el sueño de QSI después de fracasar en la final de 2020.
El gran perdedor, sin duda, es el cuadro culé. Según un informe de Brand Finance, el valor de marca del Barça se devaluará 137 millones de euros, 11 por ciento del importe total en el que está valorado.
Ante el escenario dramático, un socio del azulgrana presentó denuncias ante un tribunal francés y ante la Comisión de la Unión Europea con el objetivo de impedir cualquier fichaje de Lionel Messi por el PSG. En las quejas, compartidas por el abogado Juan Branco, el socio alega que las autoridades futbolísticas francesas no han aplicado sus propias normas financieras de juego limpio para ayudar al club parisino a convertirse en una fuerza del futbol europeo.
La incertidumbre sobre la llegada de Messi al PSG provocó la versión de que el Barcelona haría una última propuesta por retenerlo, aunque la evidencia se inclinaba con rumbo a París.