Ciudad de México. Ante la apropiación indebida, o plagio, de los diseños textiles tradicionales pertenecientes a distintas comunidades indígenas del país, por parte de marcas de moda internacionales, la Secretaría de Cultura (SC) federal lanzó la iniciativa Original, cuyo propósito es implementar un mecanismo de protección jurídica de los derechos culturales de ese patrimonio, así como la promoción y comercialización, respetuosa, ética y sustentable, del arte textil tradicional indígena.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova; el director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, Mardonio Carballo, dieron a conocer dicha iniciativa, cuyo propósito “es avanzar en la construcción de un marco legal que tome en cuenta la opinión de los artesanos tejedores del país”.
Frausto recordó los casos de apropiación indebida del trabajo creativo que da identidad a los pueblos originarios, “por los que no obtienen reconocimiento, ni retribución económica; a dichas marcas internacionales les fueron enviadas cartas de extrañamiento”.
Explicó que, luego de dialogar con algunas comunidades indígenas, éstas expresaron su “interés en participar en ese mercado internacional, pero desde una colaboración creativa con respeto y ética”.
Sobre los derechos culturales, Frausto destacó que, junto con otras instituciones, se trabaja sobre todo en el reconocimiento de los derechos colectivos, ya que, explicó en Europa es muy difícil que entiendan un derecho de autor como colectivo”, toda vez que los conciben de manera individual o personal.
De ahí que “se está trabajando en un sistema jurisdiccional que reconozca los derechos colectivos”, resaltó Frausto Guerrero.
Reconoció que “es complicado saber cuántos artesanos hay en el país, pues combinan parte de su práctica con el trabajo de campo”, y recordó que en la plataforma Telar se está llevando un registro de ellos.
Original cuenta con un comité asesor, el cual será el punto de partida para la conformación de un observatorio que protegerá el patrimonio cultural de los pueblos indígenas, afrodescendientes y equiparables, explicó Núñez Bespalova.
Será también un espacio de diálogo, promoción y comercialización del trabajo de los artesanos, colectivos, diseñadores tradicionales y no tradicionales, con empresas de diversa naturaleza que busquen mostrar ese trabajo de manera justa y ética.
La iniciativa, destacó la funcionaria, “pretende trabajar por los derechos colectivos culturales y artísticos, coadyuvar a la difusión, desarrollo, fortalecimiento, capacitación, colaboración entre pares, de forma respetuosa, no discriminatoria, innovadora y sustentable”.
Núñez Bespalova adelantó que Original será un encuentro que se realizará en el Complejo Cultural Los Pinos de manera presencial y virtual, del 18 al 21 de noviembre próximo.
Habrá una pasarela, como un espacio de exhibición del trabajo original textil de unos 50 tejedoras y tejedores, así como “de las marcas que colaboran de forma ética y justa con los artesanos”. Hasta el momento se tiene confirmada la participación de la diseñadora francesa Isabel Maran, quien en su momento ofreció disculpas por usar los diseños textiles de los purépechas.
Habrá también un salón de negocios, donde se reunirán los interesados para lograr acuerdos comerciales justos. Se abrirán un par de espacios de exhibición y venta, que incluirá oferta de muebles y accesorios. También habrá mesas de reflexión en torno a los derechos culturales, y frente al Museo del Maíz se abrirá una tienda del Fonart.
Con un presupuesto de 27 millones de pesos, para esta primera emisión de Original se espera la participación de unos 3 mil artesanos, provenientes de todos los estados del país.
El comité asesor de la iniciativa Original desarrolló un decálogo o guía de principios por los que se debe orientar la iniciativa, el cual fue leído por la artesana Carmen Vázquez.
Entre los principios que postula se encuentran: consultar la opinión de las comunidades sobre la producción y reproducción de las obras que integran su patrimonio cultural; investigar aprender y transmitir la historia y el significado de los símbolos que integran los elementos que componen dicho patrimonio; preservar y promover las técnicas y materiales empleados por los pueblos y comunidades creativas de México, y combatir cualquier práctica que fomente la apropiación indebida.
Respecto de la creación de un observatorio, concluyó Mardonio Carballo, “tendrá como principio buscar la conciliación”.