Ante los obstáculos legales que a niveles municipal, estatal y federal pueden enfrentar los proyectos de desarrollo inmobiliario en áreas naturales protegidas en el país, este viernes se presentó en la Ciudad de México una supuesta nueva figura retórica de “asociación” entre empresarios y campesinos, la “inmobiliaria ejidal”. A fin de cuentas, esa figura (ya intentada en años anteriores) descansa en el mismo esquema tan practicado durante largos años: la “aprobación” ejidal o comunal para consolidar, con el apoyo de autoridades gubernamentales, por acción u omisión, negocios ya en curso que terminan beneficiando sustancialmente a los empresarios y dañando el interés social relacionado con el medio ambiente.
El disfraz de ocasión se refiere a Querétaro, en específico en el ejido El Zapote, perteneciente a la Zona Occidental de Microcuencas de esa entidad, declarada desde el 30 de agosto de 2006 como Zona Sujeta a Conservación Ecológica, pues “es una de las superficies considerada con mayor importancia ambiental por ser el origen de los escurrimientos de la parte poniente del territorio municipal” (https://bit.ly/3lHO3k7).
Ahí, en ese ejido El Zapote, la inmobiliaria Carther (“Primer multinivel de bienes raíces en México”, https://bit.ly/2VBiX2w) desarrolla el proyecto Tierra Noble Juriquilla. En su página de Internet, tiene videos y anuncios de dicho proyecto (https://bit.ly/3s4u2Fj).
En seguida del video titulado Descubre Tierra Noble Juriquilla, está el que se denomina 1ra etapa vendida. En uno de los videos asegura que tiene “500 mil metros cuadrados de parques y áreas verdes; más de 12 mil lotes residenciales desde 128 metros cuadrados; club residencial con 17 amenidades y 127 lotes comerciales”. Ah, y club de pesca ecológica y un lago. Todo un éxito, pues aseguran en ese video que se ha vendido en su totalidad la primera etapa del proyecto y ofrecen mantener el mismo precio para la segunda etapa (https://bit.ly/37s0CYe).
A pesar de que las autoridades del municipio de Querétaro (https://bit.ly/3AqnzI0) y las estatales han advertido que no se han expedido permisos ni autorizaciones, y llevan más de un año advirtiendo a los eventuales compradores que no se metan en líos, el viernes pasado, con aires mercadotécnicos pioneros (falsos, pues ese tipo de experimentos ya se han intentado años atrás), se anunció en la Ciudad de México la creación de la “primera inmobiliaria ejidal”, que sustentaría en Querétaro justamente Tierra Noble Juriquilla (https://bit.ly/3fHV0h2).
Un total de 320 ejidatarios, según eso, aunque sólo se expresaron unos 50, aportarían mil millones de pesos, a título de recursos propios, para dar paso a ese desarrollo inmobiliario llamado Tierra Noble, a construirse en 480 hectáreas que aseguran se excluirán del polígono de protección ecológica. Las denuncias y protestas llevan tiempo (https://bit.ly/3xC1DYu, https://bit.ly/3s4kTgk, por ejemplo), pero ahora los urbanizadores buscan impulsar una figura retórica, que no jurídica, de las “inmobiliarias ejidales”, con la expresa intención de que esa treta pudiera ser utilizada en otras partes del país.
En Santa María Zacatepec, de la junta auxiliar de Juan C. Bonilla, Puebla, mientras tanto, opositores al saqueo de agua para embotellarla con la marca Bonafont decidieron ingresar a las instalaciones de la planta y tomarlas, en un acto de “expropiación”. La Coalición de Pueblos en Defensa de la Vida denunció que, al año, Bonafont utiliza “un millón 640 mil litros de agua”. La acción de los pobladores se dio en el aniversario natal de Emiliano Zapata.
Y, mientras en Yucatán se hace justicia en el caso de José Eduardo Ravelo Echavarría (23 años) quien fue detenido, golpeado y violado por policías municipales (ya hay cuatro detenidos). ¡Hasta mañana!
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